El Paraíso Natural permanecerá unos días más en el "infierno", a la vista de las previsiones meteorológicas. La ausencia de lluvias y la subida de termómetros, que se espera para el fin de semana, pinta un escenario malo, como reconoció ayer el propio consejero de Presidencia, Guillermo Martínez. El fuerte viento -se registraron rachas máximas de 101 kilómetros por hora en la costa- complicaron las labores de extinción en un día que empezó con catorce focos y acabó con casi treinta. El Consejero desvinculó el origen de los incendios de la eliminación de los acotamientos al pastoreo, e hizo un "llamamiento de condena", ya que la mayoría de los fuegos "son provocados, según las estadísticas".

En unas condiciones meteorológicas propicias para la expansión de las llamas, Guillermo Martínez recordó que "están prohibidas, y en consecuencia penadas, las quemas de pastos". El Gobierno regional mantiene activado desde el miércoles el Plan de Incendios Forestales (INFOPA) en situación cero en toda la región, menos en Ibias y Allande, donde se decretó el nivel uno ante el temor de que el fuego llegase hasta los pueblos.

Muy cerca estuvo de suceder en Valvaler (Ibias). Los vecinos apenas pudieron dormir la noche del miércoles al jueves: las llamas estuvieron a 50 metros de las casas. "Pasamos mucho miedo, por la tarde hacía mucho viento y nos trajo el fuego al lado del pueblo", explica Enrique Villanueva, que confiesa que en ese momento no sabía cómo actuar: "no sabíamos si era mejor marcharnos por precaución o intentar hacer algo".

Los vecinos de Valveler aseguran que la actuación de los bomberos fue rápida, pero compleja: "El humo no les dejaba trabajar y era de noche". Para José Mesa, nada de lo ocurrido fue casualidad. Relata que al final de la tarde "el aire era muy fuerte y lo expandió rápido, cruzó carreteras y caminos, en poco tiempo lo teníamos a 50 metros". No hubo que lamentar grandes pérdidas materiales, pero José Mesa pone énfasis en que se quemaron varios colmenares y una buena cantidad de arboleda y frutales. "La gente está loca quemando con este tiempo tan seco y el aire", opina.

En Villalaín (Allande), las llamas también sembraron el pánico. Manolo Villanueva cuenta que el aire hizo que "el fuego saliese como una bengala de la Fonteta hasta aquí". Cuando los vecinos lo vieron aproximarse, acudieron a intentar proteger la zona "pero las llamas nos adelantaron con la altura que tenían y tuvimos que dejarlo".