Los equipos del Seprona ya investigan "todos y cada uno" de los múltiples incendios registrados en Asturias para determinar si fueron o no intencionados, según confirmaron fuentes del Instituto Armado. El consejero de Presidencia, Guillermo Martínez, advirtió ayer de que realizar quemas cuando está prohibido por el elevado riesgo de incendio puede conllevar multas de hasta un millón de euros si se tipifica como delito ecológico, además de las consecuencias penales.

Unas tímidas gotas se dejaron caer ayer, a las siete de la tarde, en Grandas de Salime. Llegaron tarde, cuando ya se habían calcinado unas setecientas hectáreas en el incendio que asoló una de las laderas del embalse desde que prendiera la mecha, el jueves por la tarde. Minutos antes de las seis de la tarde de ayer los bomberos daban por controlado el incendio, que arrasó una extensa y abrupta superficie de matorral, castaño, abedul y plantaciones de pino adulto.

El número de incendios forestales ha descendido notablemente en Asturias a lo largo de la mañana. A las 13.30 horas se contabilizan 10 fuegos en 6 concejos, muy lejos ya de los 21 focos que se contabilizaban a primera hora.

El de Grandas de Salime fue un foco complicado por la orografía del terreno y por su situación. "Es una zona en la que hay que tener mucho cuidado, con un plan de seguridad muy estricto; y el cansancio que genera al personal bajar por esos peñascales complica la operación", explicó Óscar Rodríguez, el jefe de bomberos que coordinó el dispositivo más numeroso de Asturias, con 26 personas, con la esperanza que no dé más problemas en días sucesivos. Por suerte, y a pesar de que las llamas se acercaron al caserío de Salime y a las poblaciones de Buspol y Villar de Buspol, no hubo que lamentar daños en viviendas ni personales. "Lo único que nos salvó las viviendas es que ocurrió en abril, cuando los prados aún están verdes. Si pasa en verano, el fuego nos lleva todo", apuntó un vecino de Villar.

El consejero de Presidencia, Guillermo Martínez, se desplazó hasta orillas de la presa, para comprobar personalmente la evolución de los trabajos y recordó que realizar quemas en esta situación puede llevar a una condena penal, y, a la espera de las investigaciones pertinentes, señaló que "las estadísticas hablan de un porcentaje elevado de incendios intencionados". Martínez destacó, además, la profesionalidad y entrega del personal de intervención al luchar contra las llamas en zonas con fuertes pendientes y un denso humo. Por su parte, el regidor grandalés, Eustaquio Revilla, calificó el incendio como "un auténtico desastre. En una zona como esta, en la que no beneficia a nadie que esté en llamas, es difícil entender que alguien le prenda fuego con el único objetivo de hacer daño", apuntó Revilla. "Cuando vemos el resultado de este tipo de acciones, se nos cae el alma a los pies. A ver si se pilla a esa gente y cae todo el peso de la ley sobre ellos", remató.