La especie no sólo crece en número en el occidente de la cordillera Cantábrica, sino también en el oriente y en el corredor que une ambas subpoblaciones. El presidente de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero, indica que ya hay plantígrados "exploradores", principalmente jóvenes machos, que pasan con frecuencia el corredor y llegan incluso a Zamora, Orense y Burgos. Los osos están en plena expansión y ya llegan a los 250 ejemplares, según las últimas estimaciones. Palomero sostiene que en la cornisa "aún caben más" y explica que el corredor "cada vez se recorre con más frecuencia", hasta el punto de que "es probable que acabe por ser hábitat de la especie".

Según la Fundación Oso Pardo, que actualizó recientemente un protocolo de colaboración con la consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales del Principado, la subpoblación oriental, que es la más delicada en número de individuos, se han contabilizado seis osas con diez crías, lo que manifiesta "una continuidad en la recuperación" de esta especie, con un nivel reproductivo "bueno". Por ello, el oso pardo habría salido de su situación "crítica" de acuerdo a los criterios internacionales, aunque se mantiene en "peligro de extinción".