"Los efectos de la polución ambiental en personas sanas son menores: pueden producir picor ocular, tos, irritación faríngea... síntomas menores. Pero si la exposición es continuada sí puede tener un impacto importante en la salud", afirmó ayer Manuel Ángel Martínez Muñiz, neumólogo del Hospital San Agustín de Avilés y presidente de la Sociedad Asturiana de Patología Respiratoria (Asturpar). Con motivo de la celebración, hoy martes, del Día Mundial del Asma, el especialista asturiano subrayó que la presencia en el aire que se respira de dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno u ozono, entre otras partículas, "puede desencadenar agudizaciones del asma y mal control de la enfermedad si la exposición es intensa y continuada".

En las líneas que siguen, el doctor Martínez Muñiz expone algunas claves del asma, una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias que produce obstrucción al paso del aire y que se caracteriza por episodios recurrentes de tos, dificultad respiratoria y ruidos en el pecho (sibilantes). La incidencia del asma ha aumentado en las últimas décadas. "Se estima que en Asturias la padecen el 8 por ciento de los menores de 14 años y el 5 por ciento de los adultos. Hay expertos que calculan que en las próximas décadas se podría llegar hasta el 20 por ciento de la población", subraya el neumólogo del San Agustín.

Causas del asma. "Son variables, y van desde la genética -las personas que tienen familiares directos con asma tienen más predisposición para padecerla- hasta la exposición a determinados alergenos como los ácaros del polvo doméstico, pólenes y hongos, la contaminación industrial y medioambiental, las infecciones víricas, el tabaquismo... Las causas pueden ser múltiples".

Incidencia del climatología. "Tiene una influencia relativa. Es peor la exposición a un frío intenso y a calores extremos, con lo cual el clima asturiano no afecta demasiado al asma. En algunos asmáticos influye de manera significativa la niebla. Sabemos que cuando hay una niebla intensa van a acudir más asmáticos a recibir asistencia médica".

Contaminación. "Resultan perjudiciales la del hogar (particularmente la exposición al humo del tabaco) y la medioambiental (generada sobre todo por el tráfico de vehículos, las calefacciones de los edificios y la industria). En Asturias hay zonas, en especial las más industriales, pero también aquellas con un tráfico de automóviles muy denso, en las que los picos de contaminación son más frecuente y tienen más impacto".

Hombres y mujeres. "Parece que el asma es un poco más frecuente en los varones durante la infancia, pero posteriormente las cifras se igualan. En algunas mujeres, al llegar la menopausia, el control es peor, probablemente motivado por los cambios hormonales".

Hábitos perjudiciales. "La alimentación no saludable, el sedentarismo y la obesidad incrementan la incidencia del asma y dificultan su control".

El asma y la vida. "Esta enfermedad es absolutamente compatible con una vida normal. La mayoría de los asmáticos, si hacen un tratamiento adecuado, no tienen ninguna limitación para cualquier actividad, incluidos los esfuerzos físicos y el deporte. Hay numerosos ejemplos de deportistas de alto nivel que padecen asma y han ganado vueltas ciclistas, medallas olímpicas o campeonatos mundiales. Es más, el ejercicio habitual es muy conveniente. Sólo un pequeño grupo de asmáticos que calificamos como de 'difícil control' tendrían limitaciones en su vida habitual".

Tratamientos. "En los últimos años se ha investigado mucho sobre el asma y tenemos un buen arsenal de fármacos muy útiles en el control de la enfermedad, fundamentalmente los corticoesteroides inhalados, que son potentes antiinflamatorios y constituyen la base del tratamiento. Además, disponemos de terapias biológicas, indicadas en algunos de esos pacientes con asma de difícil control. Afortunadamente, se continúa progresando. Conviene aclarar que los inhaladores son, sin duda, la mejor herramienta terapéutica de las que disponemos, y que no pierden eficacia ni, como algunas personas temen, causan adicción".