El programa forestal del Servicio Regional de Desarrollo Agroalimentario (Serida) comienza a dar sus frutos. Los trabajos en torno al castaño, liderados por la investigadora Marta Ciordia, han llevado a la Administración regional, a través de la Dirección de Desarrollo Rural y Recursos Naturales, a solicitar al Ministerio de Agricultura la inclusión de once variedades de castaña de uso frutícola en el registro de variedades comerciales, decisión que se oficializaba hace unos días a través del Boletín Oficial de Estado. Los cultivares seleccionados son los denominados Bacoa, Chamberga, Doriga, Grúa, Llanisca, Miguelina, Navexa, Pelona, Rapuca, Valduna y Vaquera. Algunas de ellas han tenido a lo largo de la historia, y mantienen actualmente, un considerable interés local, tal es el caso de Chamberga o Valduna, protagonistas de los Festivales de la castaña que se celebran anualmente en Aces (Candamo) y Valduno (Las Regueras), con 33 y 16 ediciones, respectivamente.

El estudio realizado por el Serida fue financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología y la línea de proyectos transnacionales del Feder, y permitió conocer la variación total de los principales cultivares de España, y entre ellos, los asturianos, facilitando así su identificación varietal y aclarando sus nomenclaturas. Junto a Ciordia también colaboraron en esta investigación las doctoras Ana María Ramos y Mª Belén Díaz, además del catedrático Santiago Pereira-Lorenzo, del departamento de Producción Vegetal y Proyectos de Ingeniería de la Escuela Politécnica de Lugo. Con este trabajo culminan una intensa etapa de investigación sobre la identificación de los castaños asturianos de uso frutícola que se inició en 1999. Uno de los objetivos de ese proyecto era precisamente la prospección, selección, y caracterización morfológica de variedades de castaña injertadas de Asturias, siendo el castaño de fruta constituye un recurso genético autóctono con un gran valor patrimonial a promover, según la Administración.