El SOMA-Fitag-UGT pide en su escrito de acusación provisional seis años de prisión para su exsecretario general, José Ángel Fernández Villa, y otros cinco para Pedro Castillejo, es director de la fundación Infide, como presuntos autores de un delito continuado de apropiación indebida. Además, reclaman al exlíder minero una indemnización de 431.330,77 euros, y al que fuera su mano derecha otros 114.954, 76 euros.

El escrito de acusación particular, con el que se solicita también la apertura de juicio oral, es muy similar al que ya presentó la Fiscalía. Así, describe cómo el exsindicalista disponía de tarjetas de crédito vinculadas a las cuentas bancarias del SOMA-UGT con las que realizó "múltiples compras de carácter personal" como "puros, sombreros, aparatos electrónicos, libros, películas, productos delicatesen, parafarmacia, perfumes y flores", entre otros. También se relata la adquisición de vehículos a cargo de la organización -incluso el abono de los seguros- cuando el uso era particular.

Los abogados Miguel García Vigil y Luis Llanes, del despacho de abogados Ontier, consideran que Fernández Villa ejercía "tanto de iure como de facto, un poder omnímodo, total y absoluto" en las organizaciones sindicales que encabezaba, y que utilizó esa situación para, "en ejecución de un plan preconcebido", "idear la forma de aprovecharse de los fondos económicos de propiedad" del SOMA-UGT y de FITAG-UGT, "incorporando dichos fondos a su propio patrimonio, o dando a los mismos un destino distinto de aquél para el que los mismos habrían de estar adscritos".

Según el escrito de acusación provisional del SOMA, Fernández Villa habría cobrado de Hunosa mediante talones nominativos desde noviembre de 1989 hasta enero de 2001 un total de 234.462 euros que correspondían a FITAG-UGT, en concepto de dietas que abonaba la empresa pública hullera a los representantes del sindicato por asistir a las reuniones del comité intercentros.

Cuando Hunsa decidió, a partir de febrero de 2001, abonar esas dietas a través de cuenta bancaria, "Fernández Villa decidió designar una cuenta del SOMA-UGT y no de FITAG-UGT (...) para "burlar los controles más estrictos que sobre los fondos económicos existían en esa organización.

Según la acusación particular, "en ejecución del plan anterior, y dada la imposibilidad de hacer suyos directamente y sin ser descubierto aquellos importes de titularidad de FITAG-UGT, Fernández Villa comenzó a utilizar dichos fondos y los del SOMA-UGT en su propio beneficio y para atender sus gastos propios y personales, utilizando el patrimonio propio de ambas organizaciones en su exclusivo beneficio, y ello en ejercicio del poder omnímodo y sin control alguno que él mismo se habría atribuido".

En cuanto a Pedro Castillejo, aseguran los abogados del SOMA que "prevaliéndose de su relación de amistad con Fernández Villa, y con la aquiescencia de éste, ostentó un control omnímodo y absoluto sobre la gestión económica de la fundación Infide y, en ejecución de un plan preconcebido, con intención de incorporar a su patrimonio el dinero de titularidad de la misma, o de destinar dichos fondos a finalidades distintas a aquellas que le eran propias, realizó una serie de operaciones carentes de relación alguna con la actividad de dicha" entidad.

El escrito de acusación particular desglosa, año a año desde 2004 y hasta 2013 los gastos y disposiciones de dinero en efectivo en cajeros automáticos realizados por Pedro Castillejo, hasta un importe total de 114.954,74 euros.