El accidente en un restaurante de Gerona que se saldó con la muerte de una niña de seis años y otros seis pequeños heridos al salir volando un castillo hinchable, ha desatado la polémica precisamente cuando llega la época de comuniones y bodas, los meses fuertes para el negocio. Los hosteleros asturianos aseguran que no es necesario solicitar permiso ni licencia alguna para instalar una atracción de estas características en sus locales. Eso sí, exigen a las empresas el certificado de que revisión que asegure que está en óptimas condiciones y un seguro de responsabilidad civil. Las empresas asturianas que se dedican a este negocio aseveran que "la única explicación" al accidente de Gerona es que el hinchable no estaba bien anclado, como apunta la investigación.
La instalación de hinchables para fiestas infantiles, comuniones y bodas es ya "obligada", aseguran los hosteleros de la región. "Van incluidos en los precios, es casi obligatorio si quieres tener clientes", coincidieron en señalar los empresarios consultados.
Fini Torre, gerente de un hotel en Noreña, explicó que en su negocio "hace años que ofrecemos animación infantil y el castillo hinchable, y nunca hubo ningún problema. Al contrario, lo piden los clientes. Nunca imaginé que pudieran ser peligrosos".
También coincidió con otros hosteleros, que reclamaron anonimato, en que para instalar este tipo de instalaciones en fincas privadas no es necesario solicitar ningún tipo de permiso o licencia municipal "ni de otro tipo".
Eso sí, también señalaron los hosteleros consultados que exigen a las compañías que se los alquilen que tengan en regla los certificados que aseguran que las atracciones están en buenas condiciones de uso y un seguro de responsabilidad civil.
Sara Sánchez, responsable de una pequeña sociedad de alquiler de hinchables, también remarcó este punto. "Si es para instalar en una fiesta de prao o municipales, sí tienes que hacer los trámites con el ayuntamiento. También se exige el certificado de que han pasado la revisión correspondiente y el seguro civil. Y por supuesto, se sabe que si hace viento hay que recogerlos", explicó.
Lo cierto es que a raíz del accidente surgió recelo ante unas atracciones que "nunca se pensó que pudieran salir volando".
