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En corto y por derecho

Trump, Izquierdo, cabreo y enfiteusis

El presidente de México ya puede gestionar de modo creativo el malestar que le causa su homólogo de EE UU

La carta de agradecimiento por el ejemplar.

Jaime Izquierdo Vallina, geólogo y escritor, y Benito García Noriega, editor de KRK, han enviado su último libro "La gestión creativa del cabreo" a Enrique Peña Nieto, abogado y presidente de los Estados Unidos Mexicanos. Izquierdo defiende en su libro que se use "la energía que se genera cuando nos cabreamos para crear alternativas con las que superar la causa del cabreo y no tanto para hacernos mala sangre, protestar sin más o devolver la afrenta de forma violenta". Si le recomienda eso al presidente mexicano es para que extraiga creatividad del cabreo por el muro que Donald Joseph Trump, presidente de EE UU quiere levantar con su país y con cargo al país centroamericano.

Izquierdo y Noriega le mandaron el libro gratis, a través de Roberta Lajous Vargas, la embajadora en España. Dicen el autor y el editor que si Trump quiere un libro, que lo pague. Pero Trump es un gran gestor creativo de destrucción del cabreo, piensa este humilde plumilla. Y si sigue enfadando a otros países e Izquierdo quiere extender su pensamiento por América ha de tener precauciones en Chile, donde cabrear es hastiar, aburrir, y en Perú, donde significa esquivar engañosamente, sobre todo en juegos deportivos e infantiles. Dentro de España, en Aragón y Cataluña (donde quieren levantar muros fiscales, administrativos y simbólicos) el cabreo es un documento en el que el enfiteuta hacía constar el reconocimiento de los derechos del señor directo y también el libro en el que se coleccionaban los cabreos, según el Diccionario de la RAE. Una de las cosas que cabrea del Diccionario es que buscas "enfiteuta" y te dice que es la persona que tiene el dominio útil a censo enfitéutico, y buscas "enfitéutico" y te dice que es lo dado en enfiteusis, siendo lo dado en "enfiteusis" una cesión perpetua o por largo tiempo del dominio útil de un inmueble, mediante el pago anual de un canon y de laudemio por cada enajenación de dicho dominio. Después de llegar al callejón oscuro de esta definición, no queda más salida que buscar "laudemio", que es el derecho que se paga al señor del dominio directo cuando se enajenan las tierras y posesiones dadas en enfiteusis. Como no sabe gestionar creativamente su cabreo, este humilde plumilla se echa a llorar por causas enfitéuticas.

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