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Los libros de Legaspi viajan a Castropol

"Es un ejemplo de generosidad e inteligencia", afirma la bibliotecaria del concejo, que recibirá los 5.000 volúmenes del exdelegado de Misiones

Ovidio Vila, vicepresidente de la Fundación Ría del Eo, con un "ex libris". I. C.

Una fotografía de Jane Goodall dando el biberón a un bebé de chimpancé y un retrato de un niño africano sollozando dan la bienvenida a la que fue la residencia, en Oviedo, de Luis Legaspi Cortina, delegado de Misiones durante cuatro décadas, que falleció el pasado abril a los 93 años. Un mobiliario tan ecléctico como su fondo bibliográfico con piezas traídas de todos los rincones del mundo son testigo de una vida dedicada a las misiones. En una improvisada capilla, anexa a la sala donde se celebran los almuerzos con la curia asturiana y donde los propios sacerdotes lavaban los platos, queda una imagen de un Cristo traída de Guatemala que comparte espacio con otro que salió de la Fábrica de Armas de Oviedo. Sobre el altar y en el suelo se repartían ayer varias cajas de libros.

Antes de su fallecimiento anunció que cedería todo su patrimonio bibliográfico a su concejo natal. A la bibliotecaria Manoli Busto ya se lo había advertido en vida: "Vete preparándote", le dijo. Ayer mismo, responsables de la Fundación Ría del Eo y expertos documentalistas, iniciaron la retirada de los libros del domicilio, en la tercera planta de una antigua finca de la plaza de Porlier. "Hay libros de toda condición y temática", detalló Busto mientras continuaba el recuento. En tres horas sumaban unos cinco mil ejemplares empaquetados. Varias cajas apiladas al fondo del pasillo donde descansaban las imágenes del chimpancé y el niño africano, viajarán ahora rumbo al concejo natal de Legaspi. Son el próximo reto de Manoli Busto. "Probablemente acabaremos descubriendo muchas cosas", subrayaba la bibliotecaria mientras revisaba los últimos volúmenes acompañada de la jefa de sección de coordinación de bibliotecas y de la coordinadora de Biblioteca de Asturias. "Es un ejemplo de generosidad pero también de inteligencia porque sabe que se va a preservar todo ese patrimonio", mencionó Busto.

Al fondo del angosto pasillo de la que fuera la residencia de Legaspi en Oviedo -y en su momento sede de la delegación de misiones-, los libros se mezclaban con el mobiliario a punto de ser desmontado. El sacerdote, que fue alma y artífice de las misiones asturianas en Burundi, Benin, Guatemala y Ecuador, se trajo de aquellos destinos esculturas, máscaras y todo tipo de libros. "Pero también guardaba muchos libros de costumbres y personajes de Castropol", precisó la bibliotecaria. Entre las páginas de algunos iban surgiendo pequeños tesoros. El presidente de la Fundación Ría del Eo y ahijado de Legaspi, Félix Caicoya, localizó algo de dinero en uno de ellos. "Hay de todo", precisó en plena mudanza bibliográfica.

Junto al último libro de Mary Beard, "SPQR" que le regaló Caicoya convivía en el piso de Porlier otro de Pérez Galdós; "La Regenta", de Clarín o una publicación sobre el marxismo. "Era una persona muy ecléctica: nos encontramos desde literatura clásica a más actual, libros de Geografía, Sociología, Política, Religión...", enumeró Busto. Ese legado se exhibirá en espacios municipales distintos a biblioteca para que goce de la entidad que merece y corresponder al gesto del sacerdote. "Nos llevará años las labores de catalogación e inventario", valora la bibliotecaria, quien especificó que Legaspi "era un hombre con una amplitud de miras e intelectual enorme" ante el "tesoro" hallado en su domicilio. Y para que quede claro quien es el titular del fondo, el sacerdote pegó a buena parte de sus libros un "ex libris" donde reza: "Legado a la biblioteca de Castropol. Luis Legaspi. Oviedo-Porlier". Objetivo cumplido.

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