El nuevo programa de control del lobo autorizará la caza de 45 ejemplares, los mismos que en 2015-2016. La Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales presentará el lunes el plan, basado en los datos poblacionales de la especie. Según los últimos censos, en 2015 y 2016 había 37 y 38 manadas, respectivamente, y los datos se mantienen estables con respecto a años anteriores. Pese a ello, los ecologistas denuncian un aumento de doce animales en el cupo de extracción y critican que el Principado acabe "con el 40% de la población en plena época de celo y cría". "Un despropósito", sostienen.

No obstante, el Principado no recoge en su programa dicho aumento, sino que mantiene el mismo cupo que en el anterior programa: 45. En la pasada campaña no se completó el cupo y el número de lobos muertos fueron 32. Es esa última cifra en la parecen basarse los ecologistas para hablar de un incremento de animales a abatir, que en realidad no existe, según la dirección general de Recursos Naturales.

El plan del lobo contempla siete zonas de gestión en Asturias, por lo que los cupos para esta campaña se distribuirán de la siguiente forma: 3 en el noroccidente, 7 en El Palo-Esva, 5 en el suroccidente, 10 en el centroccidental, 6 en el área central, 10 en el centroriental y 4 en los Picos (quedando excluido el Parque Nacional, que cuenta con un programa de actuación específico). Con respecto a los daños, el Principado asegura que en los últimos años se ha producido un descenso al pasar de 4.212 animales afectados por el lobo en 2015 a 3.494 en 2016.

Esta semana la Comisión de Medio Ambiente del Congreso apoyó, con el único voto en contra del PP, una proposición no de ley de Unidos Podemos en la que se insta al Gobierno a declarar al lobo ibérico especie protegida.