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Así se forjan los padres de las mejores vacas asturianas

El centro de selección de sementales de Gijón cría toros "número uno", que cuestan tanto como un Porsche

Los sementales frisones "Helios" (que sujeta Jesús Llera) y "Emilio" (que acaricia José Medina) en las instalaciones de Cenero. Á. GONZÁLEZ

Un toro como "Emilio", "Helios" o "Sillian" cuesta tanto o más que un Porsche de alta gama: 120.000 euros. Los sementales frisones número uno de Asturias son las joyas de la ganadería. Con su extraordinaria genética "fabrican" vacas de élite, cada vez más eficientes, tanto en producción como en duración. En 1996, una frisona daba 7.089 kilos de leche al año, mientras que ahora, 9.483 kilos. Y la carrera por la excelencia por ahora no tiene meta. "Queda mucho trabajo por hacer", reconoce Carlos Méndez, gerente de la Asociación Asturiana de Control Lechero (Ascol) y uno de los principales investigadores del Centro de Selección y Reproducción de Bovino de Cenero (Gijón).

Sus instalaciones, propiedad del Gobierno del Principado, atienden en la actualidad a un total de 75 sementales de Ascol y de las Asociaciones de Criadores de Bovino de las razas Asturiana de los Valles (Aseava) y Asturiana de la Montaña (Aseamo). Los tres colectivos integran la empresa Arturgén S. L. a través de la que comercializan el semen de sus toros por Asturias, España (principalmente Castilla y León, Castilla La Mancha, Islas Baleares y Andalucía) y el mundo entero: Holanda, Canadá, Estados Unidos, México, Francia, Turquía, Alemania... El toro "Emilio" lideró en agosto del año pasado, por su buena morfología, la liga frisona estadounidense, considerada la "Champions" de la ganadería. Este año, sin embargo, están mejor posicionados "Helios" (el quinto del mundo) y "Sillian" (el séptimo). El primero de ellos es, con tan sólo un año de edad, el semental perfecto: es bueno en productividad, morfología y salud. Es decir, en casi todo. "Y eso es lo que buscamos", apunta Carlos Méndez.

Pero, ¿cómo se forjan los toros "diez"? LA NUEVA ESPAÑA visita el centro de selección de Cenero para descubrirlo en compañía de la consejera de Desarrollo Rural y Recursos Naturales, María Jesús Álvarez, del director general de Ganadería, Ibo Álvarez, y del jefe de reproducción animal del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida), Carlos Olegario, entre otras autoridades. Quienes tienen la respuesta son el presidente y el gerente de Ascol, José Emilio García y Carlos Méndez, respectivamente. El primer paso, explican, es seleccionar hembras élite: "Estamos buscándolas constantemente y en cuanto localizamos una, vamos a por ella. No nos importa dónde esté". Una vez elegidas las vacas, es el momento de encontrar los candidatos idóneos. Y es ahí donde entra la genómica, con pruebas que se hacen primero en Europa y después en Estados Unidos. "No hay un único objetivo en la selección: prestamos atención a la producción, a la duración y al buen manejo", sostiene Méndez.

De la hembra élite y del toro elegido sale el novillo que llega a las instalaciones de Gijón. Aunque no todos pasan el examen. "A los dos meses se destetan y ya les hacemos las primeras pruebas de ADN. Si nos interesa, entonces van a Cenero", puntualiza Carlos Méndez. Allí, los sementales, tanto de leche como de carne, permanecen aislados unos 28 días en un establo de cuarentena antes de su entrada en la explotación. "El semen es potencialmente transmisor de enfermedades, por lo que durante ese tiempo tenemos que hacerles controles a los animales para asegurarnos de que están sanos", aclara Méndez.

Esos controles se repiten periódicamente una vez ya introducidos en el centro, donde tienen una vida de reyes: buena comida (pienso con poca proteína y rico en fibra) y máximo bienestar. "Es muy importante que estén tranquilos, no se les puede dar una voz", indica el gerente de Ascol. Su único trabajo es producir semen, pero semen del bueno. "Los tenemos entre algodones. Lo malo es que no conocen a ninguna vaca. Son tan buenos, que no tienen esa suerte. Todo se hace por inseminación artificial", bromea José Emilio García.

A los toros se les hacen dos extracciones a la semana, de las que salen de cada vez 400 dosis -entre 14 y 24 millones de espermas, aunque lo importante no es la cantidad, sino que sean fértiles-. Las recogidas empiezan ya a los once meses del animal, aunque el semen de calidad lo producen a partir de los 12 o 13 meses. Así hasta los 6 o 7 años. "Es el mercado quien determina la duración del toro. Cuando ya no da calidad, se sacrifica", dice Méndez. Cada dosis cuesta entre 1,80 euros hasta los 16, en el caso de que sea semen sexado. El gerente de Ascol, químico de formación, asegura que este tipo de fluido cada vez tiene más demanda en Asturias y en España. Consiste en elegir de antemano el sexo del animal mediante una complicada técnica, que de momento sólo puede realizar Estados Unidos.

Ganaderos de toda Asturias quieren preñar a sus vacas con la mejor genética. Pero no todos los toros de Cenero, pese a ser los mejores del mercado, sirven. Para ello, existe un programa, denominado de acoplamiento, que estudia que no estén emparentados y que, con el cruce, la vaca mejore sus características: estatura, resistencia a la mamitis, fertilidad, productividad... En definitiva, "buscamos el mejor novio para cada vaca", resume el carreñense Emilio García, que además de presidente de Ascol, es vicepresidente de la Confederación de Asociaciones de Frisona Española (Conafe). "Los papás de las vacas son muy pocos, pero tenemos que saber cuál es el mejor para cada hembra", agrega Carlos Méndez.

En el Centro de Selección y Reproducción de Bovino de Gijón, uno de los tres que existen en España, también se trabaja la genética de las vacas Asturiana de los Valles y Asturiana de la Montaña. La primera es la raza autóctona de España más numerosa con 60.000 madres y presencia ya en otras comunidades, como destaca el presidente de la asociación Aseava, José Manuel González. En este caso, los toros estrella son "Soberano" y "Lunero", caracterizados por tener "una cabeza muy expresiva, una pelvis ancha, una grupa también ancha y plana y un marcado carácter culón". Cualidades todas ellas diferentes a los sementales frisones. "Soberano", de tres años y 1.200 kilos de peso, es actualmente el novillo número uno en venta de semen. Por su parte, "Lunero", también de tres años, destaca por su "espectacular morfología" y debe su nombre a su abuela, "La Luna", de Cangas del Narcea.

Tanto la consejera de Desarrollo Rural, María Jesús Álvarez, como el director general de Ganadería, Ibo Álvarez, afirman que el trabajo que se desarrolla en el centro gijonés "es para sentirnos orgullosos". "Es uno de los pilares básicos de la ganadería y nuestra Consejería seguirá apoyándolo", concluyen.

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