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RAMÓN JUSTE JORDÁN | Director del Serida

"Hay que incorporar tecnologías que hagan más cómodo el trabajo en el campo"

"El ternero perfecto no existe, pero cada vez importa más el manejo de las reses porque, si eso falla, la mejor vaca del mundo se queda en nada"

Ramón Juste, en las instalaciones del Serida, en Villaviciosa. FERNANDO RODRÍGUEZ

- ¿La naturaleza es un aliado en Asturias?

-Es una tierra favorecida, es verdad, pero no debemos olvidar que la Naturaleza también pone sus límites. El agua aquí no es un problema, pero la orografía condiciona.

- ¿En qué recursos naturales se puede mejorar?

-Yo veo un potencial muy grande en todo lo relacionado con lo forestal. No somos Finlandia, todo llano, pero también se puede aprovechar otro tipo de terrenos. Una de las líneas de futuro es combinar producciones. Por ejemplo, la de la castaña y la bellota con la del gochu. Y hay mucho por desarrollar en esas producciones de castaña, fresas, frutos del bosque o la propia apicultura, por ejemplo.

- ¿La leche?

-Hay tradición, y aquí a los productores no se les aprieta tanto como en otros sitios. Es un sector que está bien organizado. Otro de los campos de actuación es explotar los quesos de oveja, que en Asturias hay muy poco. Se trabaja con leche de vaca, de cabra y con mezclas, pero la leche de oveja tiene unas cualidades muy interesantes.

- La carne asturiana.

-No sólo es homologable a la de cualquier sitio de España, sino en muchos casos, mejor. El sector del vacuno funciona muy bien pero queda el reto de diversificar. La carne de oveja xalda está muy poco explotada y tiene grandes posibilidades.

Ramón Juste Jordán nació en Barbastro (Huesca) en 1957. Veterinario de profesión, es desde diciembre de 2015 director gerente del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida) del Principado de Asturias, con sede en Villaviciosa. Un aragonés que llevó buena parte de su vida profesional en el País Vasco, de donde procede.

- No cambió mucho de entorno medioambiental.

-Es verdad. Quizás una de las diferencias más notables es que en el País Vasco hay mucho más ovino que en Asturias.

- Dicen los paisanos: cuando había cabras y ovejas el monte estaba limpio y no había incendios.

-Había cabras cuando había gente en los pueblos, pero los tiempos cambian, las perspectivas son otras. En los núcleos más aislados la gente tiene televisión y ve lo que hay por ahí. Y se marcha.

- ¿Un proceso sin vuelta atrás?

-Yo creo que la única solución es promover las tecnologías para que el trabajo agroganadero sea más cómodo y también más rentable. Porque vivir del campo es duro. El gran reto es el desarrollo de sistemas tecnológicos que mejoren las condiciones de trabajo y eficiencia. Que todo sea más eficiente pero también más sostenible.

- ¿Un ejemplo de tecnologías rurales?

-Le menciono un proyecto que conecta con esta idea. Desde el Serida estamos trabajando en el desarrollo de técnicas de GPS para la geolocalización de animales. No sólo dónde están, sino qué hacen. Vale para el monte y vale para las explotaciones ganaderas, es como llevar las TIC a las cuadras. Todo lo que sea restar incertidumbre a los ganaderos es positivo.

- Y todo esto, ¿cómo lo ve el paisano?

-Reconozco que hubo tradicionalmente un cierto miedo a la incorporación de tecnología, pero ahora somos nosotros los que estamos respondiendo a peticiones. De hecho, trabajamos bajo demanda, y nuestros clientes son de lo más variado, desde Cogersa al más modesto agricultor. A muchos ganaderos ya no les resulta extraño que uno de nuestros objetivos sea que una sola molécula analizada explique toda la dieta de un animal. Y que el consumidor sepa que se está bebiendo leche procedente de una vaca que siempre se alimentó de hierba y nunca de pienso. Un animal así produce menos y, por tanto, el producto debe costar algo más. Es la trazabilidad alimentaria, toda una garantía de consumo.

- ¿Nos hemos vuelto consumidores exigentes hasta lo exquisito?

-Vivimos una época en la que muchos de los dogmas hasta ahora inamovibles de la nutrición ya no se sostienen. Por ejemplo, los alimentos de origen animal han tenido muy mala prensa, pero en realidad responden a las necesidades del ser humano. Siempre se han relacionado los riesgos cardiovasculares con el colesterol, entre otras cosas para no hablar demasiado de los riesgos del azúcar. En el Serida se lleva años trabajando en estudios de bioproductos y alimentos enriquecidos. Otra línea de actuación es la de técnicas de congelación de embriones para la reproducción de vacuno. Se trata de incrementar la eficiencia reproductiva. En resumen, se trata de escoger los embriones de las mejores hembras y cruzarlos con el semen de los mejores machos. Lo hacemos en nuestros laboratorios de genética y reproducción, en Deva.

- ¿En busca del ternero perfecto?

-El ternero perfecto no existe porque, además, unos buscan unas cualidades y otros buscan otras. No sólo es producción. A lo mejor hay quien quiere vacas que logren parir con más facilidad. O animales que sean más guapos. Importa mucho el manejo porque si falla esto la mejor vaca del mundo se queda en nada.

- El Banco de Semillas del Serida.

-Es como tener almacenada la memoria biológica de Asturias. Un patrimonio genético vegetal pero también animal y microbiano.

- ¿Un almacenamiento sine die?

-Con el material animal, semen y embriones se almacenan en nitrógeno líquido a 196 grados bajo cero y pueden pasar décadas. Las semillas tienen una caducidad mucho más corta. Todos los años hay que sacar algunas y reponer.

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