Carlos López Otín trató ayer de "sembrar la semilla de la ciencia" al otro lado de gigantesco mar Atlántico, en tierras chilenas. El investigador de la universidad de Oviedo, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular, fue investido como doctor honoris causa por la Universidad Autónoma de Chile. Durante su intervención, Otín aseguró que el cáncer, una de sus principales espacialidades de estudio, "no es otra cosa que la acumulación de daños en el genoma; estas células que acumulan daños se vuelven egoístas, inmorales y viajeras, porque ocupan territorios que no les corresponden".

A continuación llamó a sembrar el interés por los asuntos científicos, y especialmente entre los más jóvenes del auditorio que siguieron su intervención. López Otín destacó la importancia de que los estudiantes "progresen hasta convertirse en ingenieros de los sentidos", porque, a su entender, "los lenguajes de la vida son lenguajes universales".

El doctor honoris causa se refirió a los últimos avances producidos en el ámbito del envejecimiento, otro de sus campos de especialización. "Hasta que no vemos de cerca la muerte no nos damos de verdad cuenta de la vulnerabilidad humana", confesó.