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El PSOE asturiano busca nuevo costurero

Javier Fernández cierra un ciclo de cohesión en el partido, que gobernó con responsabilidad y coherencia incluso para decidir el momento de irse

El PSOE asturiano busca nuevo costurero

De forma irremediable, la figura de Javier Fernández ya está ligada al zurcido socialista. El hasta ahora secretario general de la Federación Socialista Asturiana (FSA) ha demostrado ser hábil con el hilo y la aguja. ¿Quién podría imaginar que acabase incluyendo en su propio gobierno a Álvaro Álvarez, quien le disputó las primarias del año 2000? La paradoja está en que buena parte de quienes ahora se mostraron como sus aliados en esta guerra fratricida entre "pedristas" y "susanistas" se enfrentaron a él hace 17 años por el poder del partido.

Con su decisión de no optar a la reelección Javier Fernández cierra un amplio ciclo del PSOE asturiano. Por delante sólo queda la incertidumbre. Fernández asumió el control del partido en plena fractura: lo deja en otra, radicalmente diferente. El "javierismo", la tendencia monolítica que aglutinó las dispersas familias del PSOE asturiano, al igual que un cuerpo celeste de intensa capacidad atractora, se resquebraja. ¿Hallará la FSA un tejedor hábil para este roto?

Despojándonos de lecturas apresuradas, Javier Fernández representa un paradigma de responsabilidad para el PSOE. Quizás haya quienes le reprochen ahora que no supiese escuchar las voces emergentes, pero quizás ha sido una característica suya la que propició eso: la ausencia de ambición personal. El hoy presidente del Principado ha tomado decisiones que le afectaban porque era la opción más adecuada, no porque las pelease. Ejemplos hay muchos: aceptó estar al frente del sector guerrista y disputar unas primarias contra el entonces arecista Álvaro Álvarez; tomó las riendas de un PSOE fuertemente fracturado, rechazó puestos de responsabilidad en el gobierno con los que Zapatero trataba de tentarle; se alejó de interferencias directas con el gobierno de Álvarez Areces (aunque internamente saltaran chispas); asumió que él mismo debía ser el candidato del PSOE a las autonómicas porque Madrid y muchos en Asturias le dijeron que ya le tocaba; admitió presidir la gestora de un PSOE en guerra abierta como figura que todos respetaban, y ahora, ve claro que un paso atrás es la mejor alternativa ante un partido socialista que en Asturias debe encauzar su propio rumbo tras el resultado de las primarias y renovar liderazgos que propicien la unión.

Entonces, ¿qué erosionó el pedestal en que el PSOE asturiano tenía a su secretario general? ¿Por qué Javier Fernández ya no es hoy una alternativa de cohesión?

Dos son las principales razones. Por un lado, el distanciamiento entre él y algunos líderes que si bien siempre los contó entre los suyos terminaron bajo la bandera del "pedrismo". "Tenemos la sensación de que fue perdiendo el pulso del partido porque estaba rodeado de personas que le trasladaban información sesgada", aseguran fuentes de los afines a Sánchez. De otro lado, la profunda convicción de Javier Fernández de que Pedro Sánchez no es el líder adecuado para tomar el timón de un partido sobre cuyo papel y retos ha reflexionado en profundidad. Aunque Fernández nunca se proclamó "susanista" no dudó en ser de los primeros en señalar que conducir a España a unas terceras elecciones sería un error para el PSOE dado que sólo propiciaría una mayoría absoluta de Mariano Rajoy en la siguiente cita electoral. También cuestionó los intentos de Sánchez de negociar con Podemos un gobierno para el que no salían los números.

Cierto es que hace tiempo que Javier Fernández anticipaba un fin de ciclo y dejaba caer la decisión de ir apartándose de la política. Pero difícilmente habría dejado el partido en un atolladero sucesorio si creyese que él podía evitarlo. No es ese ya el escenario. Ayer reconoció que ni él mismo esperaba una victoria tan abultada de Pedro Sánchez. En otra pirueta de sensatez, Javier Fernández ha sabido cuándo es el momento de ceder el sitio. Ahora al PSOE le queda el ejercicio complejo de encontrar otro buen costurero para este roto.

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