Oballo (Cangas del Narcea),

Demelsa ÁLVAREZ

"Es la primera vez que perdemos tanto ganado en un ataque", clama Eloy Rodríguez, vecino de Oballo, en Cangas del Narcea, tras encontrarse el domingo por la mañana muertas 10 de las 22 ovejas que tenía en una finca debajo de su casa. Cuenta que tenían señales de haber sido atacadas por el oso. También sufrió algún rasguño el perro encargado de vigilar el rebaño, un mastín al que llaman "Frodo".

Los dueños de las ovejas están seguros de que el plantígrado fue el que provocó la masacre. Los principales indicios que ven son que haya atacado por el lomo y la barriga de los animales y que su perro no haya sido capaz de contener el ataque, y presente también arañazos en su cuerpo y una pata rota. "No tienen marcas de haber sido mordidas en el cuello y se ven arañadas y apretadas", explica Carmen Álvarez.

Consideran que la pérdida asciende a unos 1.200 euros porque entre las reses muertas se contaban varias ovejas preñadas y un par de corderos que estiman que en dos meses estarían por un precio muy superior del que percibirán como compensación por parte de la Consejería.

"Las ovejas nos las valorarán en 70 euros, por lo menos pedimos que miren cuánto cuesta una oveja preñada con dos crías, o un cordero que supera los 100 euros", expone Eloy Rodríguez. Además, los propietarios se muestran indignados por la falta de respuesta de la administración ante su llamada tras descubrir que su rebaño había sido atacado.

"El domingo llamamos a la guardería, a la Guardia Civil y no tuvimos respuesta, nadie vino a ver lo que había pasado", explica el propietario que a última hora del domingo con ayuda de un vecino decidió recoger con el tractor los cuerpos de las ovejas para evitar su desaparición, ya que así no se podría certificar el ataque.

Este mediodía un guarda se acercó hasta el pueblo, aunque los vecinos explicaron que en la zona donde aparecieron las ovejas muertas apenas quedaba rastro del ataque tras la tormenta que cayó durante la noche en la zona. "Si hubiésemos llamado por la aparición de un oso muerto, aquí no vendría sólo el guarda, el pueblo sería un desfile de coches", se queja Eloy Rodríguez.