El plan de descongestión de la autopista "Y" mediante la habilitación de un tercer carril invadiendo parte de la mediana ha arrancado con la adjudicación de la redacción del proyecto de los primeros 3,8 kilómetros, los que van del enlace de Matalablima, en Oviedo, al de Lugones, en Siero. El anuncio, recién divulgado por el Ministerio de Fomento, da la salida a la ampliación de la principal vía de comunicación del centro de Asturias con un proyecto de 20,5 millones de euros que de momento se da un año y dos meses de plazo para la redacción del proyecto -adjudicado en 443.343 euros- y difiere el inicio de la obra en el mejor de los supuestos hasta muy avanzado 2018. Luego vendrían, según los planes ya explicitados por la Administración, dos años de ejecución.

Y sólo es el inicio de la magna obra que se presenta como alternativa a la saturación de la "Y": 110 millones de euros en las estimaciones de Fomento para expandir el tercer carril, por fases, a toda la autopista. Este primer paso de 3,8 kilómetros, cuya ampliación había sido licitada ya hace casi un año, empieza el trabajo por el tramo de carretera más saturado de la región, con una intensidad media de más de 54.000 vehículos al día en el trayecto que va de la ronda exterior de Oviedo a la altura de Matalablima y Cerdeño hasta la conexión que da acceso a Lugones. Las especificaciones del proyecto incluyen la remodelación de los tres enlaces que atraviesa, el de Paredes además de los de Matalablima y Lugones, incorporándoles vías y carriles que permitan separar el tráfico que circula de un enlace a otro del más conflictivo que transita por la vía principal.

Con la decisión recién adoptada, el tercer carril de la "Y" pone en marcha la tramitación burocrática de un viejo y controvertido proyecto para desatascar la gran arteria de comunicación de la región. De su complejidad dan fe las circunstancias de que su estudio informativo esté redactado desde 2010 y la tramitación no haya avanzado prácticamente nada desde entonces. La opción de la ampliación de la autopista se ha encontrado siempre con reticencias políticas, de usuarios y expertos que han aducido, entre otros argumentos, la posibilidad de que la ampliación agrave los niveles de contaminación del centro de Asturias o la urgencia más acuciante de acometer el enlace de Robledo para conectar la "Y" con la AS-II.