La "operación Hulla" propició en la mañana de ayer una auténtica reunión familiar en el Juzgado número 3 de Oviedo. En el vestíbulo de este órgano judicial coincidieron por un lado la exmujer de José Antonio Postigo, María Elena Pérez, sus hijas Elena y Patricia, la actual pareja del expresidente del Montepío, la rumana Dorina Bicher, y un hermano del exsindicalista del SOMA. Una reunión de alto voltaje. Dorina (Dori) llegó al Juzgado junto a su abogado, Alejandro (Jano) García Cueto-Felgueroso (hijo del letrado de Postigo, José Joaquín García), y un hermano del exsindicalista, que no está investigado. Mientras el hermano daba un beso a su excuñada y sus sobrinas, la rumana se mantuvo apartada. La exmujer de Postigo lanzó alguna torva mirada a la rumana, que no podía esconder su incomodidad. Ambas mujeres llegaron a cruzarse, pero la sangre no llegó al río.

Las cuatro acudieron al Juzgado a declarar como investigadas en la causa abierta por el desfalco del Montepío. Anticorrupción las considera cómplices del blanqueo del dinero distraído. Quien peor lo tiene es una de las hijas de Postigo, Patricia, que regularizó 60.000 euros en la misma amnistía fiscal de 2012 en la que su padre afloró 360.000 euros, junto José Ángel Fernández Villa, quien hizo lo propio con 1,4 millones. A los tres les llevó el asunto el asesor José Manuel Fernández -también investigado-, que los acompañó al banco. Tanto Patricia Postigo como Dorina Bicher trabajaron para el Montepío de la Minería. Ambas ya comparecieron ante la comisión de investigación de la Junta, en enero de 2015, ante la que se acogieron a su derecho a no declarar.

Ayer, ante la jueza Begoña Fernández, optaron también por el silencio, por consejo de sus abogados. La exmujer y las hijas de Postigo acudieron acompañadas de su letrado José Antonio Hevia, antes de las diez de la mañana. Comparecieron poco antes de las once de la mañana, y en una media hora ya había finalizado el trámite. "¡Madre, qué de periodistas!", se maravilló María Elena Pérez tras echar un vistazo desde una de las ventanas de la cuarta planta de los Juzgados. Una de sus hijas, Elena, precisó de un justificante para el trabajo.

Poco después le tocaba pasar ante la jueza a Dorina Bicher. Antes de entrar no desveló si declararía. "No lo tengo decidido", aseguró. Pero su comparecencia fue tan breve como la del resto de los familiares de Postigo. Como la esposa y los hijos de José Ángel Fernández Villa, estos investigados han optado por callar en tanto no dispongan de los autos y puedan saber con qué pruebas cuenta la Fiscalía Anticorrupción.

Dorina Bicher estuvo durante toda la jornada de anteayer cerca de los Juzgados, esperando novedades sobre su pareja. A eso de la medianoche se quejaba de lo que se estaba demorando todo el asunto, y confesaba que no sabía aún si Postigo quedaría en libertad, aunque era optimista. El tiempo le dio la razón.