El proyecto de Ventura Rodríguez para Covadonga planteaba algunas ideas extravagantes, dejando relegada a la Santina aun lugar secundario, dentro de un gran templo circular de estilo neoclásico, con una basamento cúbico y, sobre él, una gran estructura de dos pisos que, vista la imagen actual, resulta cuanto menos chocante. La gran cúpula que remataba el proyecto hace pensar en un a Vaticano a la asturiana. La propuesta de daba protagonismo a la figura de Pelayo sobre la Virgen, como una especie de gran santuario de la Monarquía, idea de causa hoy rechazo, acostumbrados a la concepción tradicional de Covadonga.