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Apuntes De Mecánica Política

Pedro Sánchez y el enredo plurinacional

El secretario general del PSOE deberá valorar si abrir el melón territorial le aleja votantes

Pedro Sánchez y el enredo plurinacional

Las palabras las carga el diablo. Y eso puede ocurrir con el concepto de "Estado plurinacional" que Pedro Sánchez está dispuesto a incorporar a la ponencia marco del próximo congreso federal del PSOE. La expresión desata las críticas de los susanistas, que ven en ella un término ambiguo que puede pasar factura al partido en plena exaltación del separatismo catalán. Los pedristas en cambio aseguran que nada supone de ruptura con la posición que ha mantenido el Partido Socialista. Y como prueba esgrimen que Pedro Sánchez haya llamado por iniciativa propia a Mariano Rajoy para garantizarle respaldo en el rechazo al referéndum catalán. Y eso sin que Rajoy le hubiese siquiera telefoneado por cortesía para felicitarle tras la victoria en las primarias.

Es obvio que Pedro Sánchez deberá tender puentes si quiere cohesionar el partido y zanjar disputas antiguas, pero en los precongresos regionales se ha visto cómo los pedristas han ido transformando totalmente la ponencia marco del Congreso Federal (el texto que constituye el ideario del partido para esa nueva etapa) al incorporar lo que formaba parte de su programa como candidato a las primarias. Hay numerosas incorporaciones relativas al modelo de partido, pero una de las que más escuecen a los que fueron susanistas es la relativa al modelo territorial.

En el año 2013, las tensiones del nacionalismo catalán forzaron a los socialistas a tratar de conjugar su visión de España, armonizando las más autonomistas con las del PSC, atenazado por el auge del separatismo. Así surgió la llamada Declaración de Granada, una especie de manual territorial del PSOE válido para todas las federaciones. Allí se apuntaba la necesidad de modificar la Constitución y reformar el Estado de las autonomías para tender a un modelo federal, sin que eso alterase conceptos como los de nación, soberanía o igualdad de derechos y servicios entre ciudadanos con independencia de en qué comunidad residiesen.

En parte, la situación la habían enredado los propios socialistas. Diez años antes, Zapatero había dicho aquello de que apoyaría la reforma del Estatut que aprobase el parlamento catalán. Aquella expresión, que él mismo admitió como desafortunada años después, empujó los resultados del PSC y aupó a Zapatero a la Moncloa. Pero pronto se comprobó que el encaje constitucional de la reforma del Estatut era imposible y aquella disputa terminó por ser un balón de oxígeno para el nacionalismo catalán.

¿No aprendió el PSOE de sus errores? ¿A qué menear otra vez el asunto con el "Estado plurinacional"? "La sola expresión parece de Podemos", dicen quienes la cuestionan, que añaden que "podría acabar siendo otra bandera para los separatistas". Los pedristas quitan hierro: "En ningún caso pone en duda la soberanía ni lo que representa el artículo 2 de la Constitución: convertir eso en bandera de pelea interna es absurdo", dicen sus defensores.

El quid reside en cómo armonizará Pedro Sánchez su ideario, ese que le permitió ganar en las primarias cumpliendo las expectativas de un sector de la militancia, y al tiempo actuar para atraer votantes a un partido que añora los resultados de antaño.

Las encuestas constatan que casi un millón de votantes del PSOE se consideran de centro. De ahí que si los socialistas tensan la cuerda territorial puedan perder a un electorado que tiene en Ciudadanos una alternativa que no implique votar al PP. Y si se trata de arrebatar apoyos a Podemos ¿no estará siempre Pablo Iglesias más dispuesto a traspasar los límites o a erigirse como el original frente a un PSOE que intenta ser copia?

El concepto de Estado plurinacional ha pasado sin ruido en el debate de enmiendas en Asturias, una comunidad autónoma sociológicamente alejada del nacionalismo y en la que conviven sin conflicto la identidad propia con la española. El PSOE asturiano siempre ha sido uno de los más beligerantes con los experimentos lingüísticos que pudieran dar alas al nacionalismo o a la derecha para hacer suya la bandera de la unidad patria. Pero hasta ahora la batalla por el poder del partido ha orillado una reflexión sobre los posibles efectos del término.

Los pedristas aseguran que el PSOE se mantendrá fiel a su concepto de Estado, al espíritu de la Constitución y a la Declaración de Granada. "En Suresnes se llegó a aprobar la autodeterminación de todos los territorios", recuerda una veterana socialista afín a Pedro Sánchez para añadir que "jamás el PSOE tomó decisiones contra la soberanía y así seguirá siendo". Los pedristas ven tras el debate la mano del sector crítico con Pedro Sánchez, ansioso por encontrar excusas con las que fustigarle.

En cualquier caso, la introducción en la ponencia marco del "Estado plurinacional" pesará sobre el futuro de Pedro Sánchez. Con ella quizás consiga atraer a las federaciones mediterráneas de su partido, pero abrir el melón territorial siempre ha despartado severas reticencias en el resto del territorio. No obstante, decisiones como la de dejar claro el frente PSOE-PP contra el referéndum catalán dan muestras de que el partido se mantiene en la posición mantenida hasta ahora.

Los militantes son claves en las primarias; los votantes, en las elecciones. Pedro Sánchez deberá valorar si deja en el camino algunos planteamientos que le permitieron obtener el poder en el PSOE para lograr el respaldo de quienes pueden darle el de La Moncloa.

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