Sara tiene cinco meses y aguantó en primera línea de templo como una campeona dos horas y media de ceremonia. A la niña la siente el nuevo diácono Allan Eduardo Cerdas como una sobrina. La familia viajó desde Costa Rica para asistir en la catedral de Oviedo al acto religioso del que salieron dos nuevos sacerdotes y cuatro nuevos diáconos que nutrirán de juventud a la muy envejecida diócesis asturiana.
Seis jóvenes a los que el arzobispo Jesús Sanz Montes saludó ayer con la esperanza de que el ejemplo cunda. La espectacular ceremonia de la postración, con los "seis elegidos" tumbados boca abajo en señal de servicio y humildad, dio pie al Arzobispo a desear que pronto haya que suplir la alfombra roja utilizada ayer como suelo por otra mayor. Ojalá -dijo- haya que organizar una colecta para comprarla. "Yo hago el primer donativo al salir".
Pero todo hace indicar que es una compra que, por el momento, no urge.
Primeras misas
David Cueto Rodríguez, un granadino de 38 años pero cuya vida transcurre desde casi siempre en Asturias, y un colombiano de Medellín, Juan Felipe Restrepo Díaz, son desde ayer los dos nuevos sacerdotes de la diócesis de Oviedo. Juan Felipe debuta hoy mismo, con su primera misa en la parroquia de Santa Eulalia de Cabranes. David Cueto esperará al domingo, día 11, para esa primera eucaristía en la parroquia de San Francisco de Asís, en Oviedo. "Venís aquí con la humildad de quien se sabe vulnerable, capaces de cansarse, de dudar... No os llama Dios porque le hayáis convencido a Él, sino porque os habéis fiado de Él", dijo Sanz Montes en su homilía.
Junto al ya referido Allan Eduardo Cerdas (32 años), fueron ordenados diáconos su compatriota costarricense Emmanuel González Ortiz (26 años), el argentino Sebastián Hugo Casteli (41 años) y el avilesino Ángel María Vilaboa Pérez (27 años). Las biografías de los seis confirman que los tiempos cambian porque tienen tras de sí estudios de Derecho, Diseño Gráfico, Ingeniería Informática o Ingeniería Agrícola, entre otros.
Festividad de Pentecostés para celebrar las nuevas incorporaciones a las que no les faltará tarea. El Arzobispo ironizó: "Nada sabéis sobre cuál será vuestro destino. Yo sé algo pero tampoco quiero poneros ansiosos, nerviosos... o fugitivos". Jesús Sanz no lo dice, pero a alguno de los dos sacerdotes le puede caer parroquias a destajo. Es de suponer que lo tienen asumido. David Cueto ya cuenta con alguna experiencia como diácono, pateando caleyas por las Peñamelleras.
"Vivid interiormente y vestid exteriormente como nos pide la Iglesia", les pidió Sanz Montes, que animó a ponerse manos a la obra: "las puertas y ventanas están abiertas, salid a la intemperie por donde la vida pasa y allí contad y cantad las maravillas de Dios".
Entre el público una legión de familiares, amigos y compañeros de los seminarios de donde proceden los nuevos diáconos y sacerdotes. Al final de la misa, la Schola Cantorum de la Catedral interpretó el emocionante himno Regina Coeli, con el retablo mayor apagado y tan solo un foco sobre la imagen mariana central. Hubo aplauso final.
