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MIGUEL HUERTA | Secretario de la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (ANICE)

"No hay nada más saludable que la carne; es un producto inocente, con poca grasa"

"El Gobierno debería presionar para que el sudeste asiático, un mercado en expansión, autorice la entrada de vacuno y ovino español"

Miguel Huerta, en Noreña. LUISMA MURIAS

La industria cárnica española está de enhorabuena. En 2016, la carne de porcino batió un nuevo récord de producción al superar los 4 millones de toneladas, según los datos de la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (ANICE). Su secretario, Miguel Huerta (1959, Madrid), sostiene que el del porcino no es el único sector que crece; el de vacuno lo hizo un 1,9% hasta alcanzar las 637.737 toneladas, y el ovino- caprino, un 1%, hasta las 126.341 toneladas. En exportación, España también hace los deberes: el año pasado se superaron los 5.000 millones de euros, aunque todavía quedan asignaturas pendientes, sobre todo, en el sudeste asiático.

- ¿Cómo está el sector cárnico en España?

-Está trabajando muy bien en exportación. El otro día leíamos un informe que no descubría nada nuevo, pero que resumía muy bien la situación actual: nos hemos convertido en el primer censo de porcino de la Unión Europea y el segundo productor de carne de porcino después de Alemania. Esto demuestra que en los últimos años hemos crecido mucho y, según las estadísticas americanas, España es el tercer exportador de porcino del mundo después de Estados Unidos y Alemania. Son datos positivos.

- Habla del porcino, ¿y el vacuno?

-Hay todavía dos asignaturas pendientes en cuanto a comercio exterior y que están relacionadas con Asturias. Una es la exportación de productos cárnicos de alto valor añadido, por ejemplo los embutidos y productos tradicionales, a los que les está costando más internacionalizarse porque tienen más trabas administrativas que la carne de cerdo. Creo que ahí deberíamos de hacer más esfuerzo como país. Y la segunda asignatura pendiente es la exportación de carne de vacuno y ovino, que a causa del problema de las vacas locas, ya afortunadamente superado, los mercados internacionales se cerraron. Hace poco el presidente Donald Trump pidió al presidente chino que abriese el mercado de vacuno en su país. Yo creo que estamos todos en esa carrera y España no se debe quedar atrás. La carne de vacuno en China nunca fue un alimento tradicional, pero desde mediados de 2010 lo consume y ahora es el primer importador del mundo y el segundo consumidor después de Estados Unidos. Es un mercado muy interesante, que precisamente queremos trabajar en la feria Meat Attraction con unas jornadas hispanochinas para desbloquear la situación.

- ¿Qué se está exportando ahora mismo a China?

-Carne de cerdo y jamón curado. Embutidos curados ya no podemos y la carne de vacuno y ovino tampoco. Son gestiones que hay que hacer a nivel político y diplomático, por eso la idea de Meat Attraction. Si solo somos nosotros a vender es difícil, pero si sus importadores les presionan creemos que puede ser un empuje importante. Queremos que sea una feria para pymes. Estamos esperanzados de que dé un impulso a la industria cárnica, que es como decía un sector muy potente: 90.000 empleos, es decir, casi uno de cada cuatro del sector agroalimentario trabaja en una cárnica.

- Además de China, ¿a qué otros países está exportando España?

-Todo el sudeste asiático está funcionando muy bien. Por ejemplo Japón, que es un país de alto poder adquisitivo, valora mucho los productos de calidad y ahí tiene cabida Asturias. Luego también tenemos a Filipinas, Taiwan, Singapur y Vietnam. Estos mercados están cerrados para la carne de vacuno y sin embargo en todos ellos se está vendiendo muchísima carne de porcino. También está Iberoamérica y Portugal. El consumo en España está como está y no vamos a crecer mucho más.

- Teniendo una cultura tan diferente a la nuestra, ¿cómo es el sudeste asiático nuestro gran comprador de carne?

-Están consumiendo carne de todos los países, no sólo de España. Con el desarrollo económico se varió la dieta y se dejó de consumir solo arroz. Hay una clase media creciente que tiene acceso a la carne de vacuno y les da igual su origen. Lo que tenemos que procurar es que la nuestra esté allí. El problema es que las trabas administrativas nos lo complica y contra ello hay que movilizarlo diplomáticamente. Como ha hecho Trump en China. A nuestro presidente hay que decirle: ¡Oye, qué pasa con nuestra ternera! Los asiáticos tienen políticas muy proteccionistas porque que no quieren que sus ganaderos sufran. Ellos hacen su papel, pero nosotros tenemos que hacer el nuestro y empujarles.

- ¿Innovar es otro reto?

-La industria tiene que adaptarse a los cambios del mercado, a las demandas de los consumidores, a las tendencias de productos con bajo contenido en sal, en grasa, light y que sean fáciles de cocinar. Es otra forma de ampliar el mercado a segmentos más amplios. La estrategia de la Unión Europa es apostar más por la calidad que por la cantidad. En países terceros está creciendo en cambio el consumo, como nosotros hace 30 años. Hay un compromiso claro por hacer productos saludables.

- Pero, ¿la carne es saludable? Hay estudios que siembran la duda.

-Yo creo que no hay un producto más saludable que la carne. Además es un producto inocente, no tiene mucha grasa y tiene proteínas, vitaminas y minerales. Eso sí, como todo hay que consumirlo dentro de una dieta variada.

- ¿Cómo ve el sector asturiano?

-Lo veo muy dinámico y activo. Las industrias tiene inquietud, están muy vertebradas a su organización y colaboran con un centro tecnológico, Asincar, que está muy apegado a los problemas del sector. Y en muchos casos Asturias es modelo de cómo hacer las cosas bien. Además, tener un centro como Asincar es una ventaja competitiva, porque realmente todo pasa por innovación y presentación de productos.

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