El proyecto del geriátrico de Felechosa no fue el único que se planteó en la cuenca del Caudal, pero sí el único de esa magnitud que salió adelante. El otro que le podía hacer competencia fue el que planteó un grupo de empresarios encabezado por el grupo Casablanca, que diseña, promueve y gestiona siete centros geriátricos en toda España. Su presidente Ignacio Fernández-Cid aún rememora aquella experiencia fallida. "Todo olía mal. Había una intención manifiesta en que el proyecto no saliera adelante. Creo que todo estaba perfectamente organizado y amañado. Nosotros no entendíamos por qué, cuando era una evidente necesidad social. Ahora ya lo sabemos", aseguró en conversación telefónica con este periódico.
La propuesta, en la que también estaba involucrado el empresario lenense Juan Carlos Riera, se planteó en 2008, con una inversión total de unos 20 millones de euros y la creación de un centenar de empleos.
Se trataba de construir en las proximidades del viejo palacio de Campomanes una residencia para dependientes con 110 plazas y un centro de día con otras 30. También contemplaba construir 12 apartamentos tutelados con 24 plazas para personas con problemas de movilidad. En una segunda fase se añadirían otros 66.
"Conseguimos subvenciones superiores al millón de euros, pero no fuimos capaces de llegar a un acuerdo con el Gobierno regional. Sólo concertaban el 30% de las plazas, cuando nosotros insistíamos en que las ayudas eran a los residentes, no para nosotros, y que era una necesidad social en la zona, además de impulsar la creación de empleo. Somos una empresa estable, con 30 años de trayectoria y no deslocalizable. ¿Qué más querían? Pues no hubo manera de conseguir que concertaran más plazas. Fue imposible. Así que cogimos las maletas y nos fuimos", relató Ignacio Fernández-Cid. Casablanca realizó esa inversión y más en otras comunidades autónomas.
