Esta información ha sido elaborada por: E. CAMPO (Avilés), A. RUBIERA (Gijón), G. GARCÍA (Navia) y P. ÁLVAREZ (Oviedo)

Se consideran "los grandes olvidados" de la sanidad pública asturiana. Y para que se acuerden de ellos están en huelga este fin de semana. Son 240 médicos y enfermeros que pertenecen al Servicio de Atención Continuada (SAC), y que atienden las urgencias en diversos centros de salud de la región los fines de semana y los festivos. Reclaman una subida salarial de unos 600 euros al mes que les equipare con sus colegas del SUAP y del SAMU, también dedicados a las urgencias no hospitalarias. Empezaron el paro a las tres de la tarde de ayer y lo terminarán a las ocho de la mañana de este lunes. El Servicio de Salud del Principado (Sespa) les ha impuesto unos servicios mínimos que consideran "abusivos". Por eso advirtieron ayer a los usuarios que "las consultas que los ciudadanos crean que no pueden esperar, serán atendidas", pero que las "no urgentes" mejor es que esperen al lunes.

Alfredo Fernández pasó ayer su tarde de huelga en el centro de salud de El Coto (Gijón), cubriendo los servicios mínimos. Cuatro años lleva este médico de primaria, natural de Mieres y afincado en Gijón, formando parte del SAC, tras diez años ejerciendo en Mallorca "en unas condiciones mejores que las de aquí". El retorno, tras nacer su hija, fue una decisión familiar que no sabía que iba a ponerles en una tesitura tan complicada. "No es de recibo que algunos días trabaje con gente que ocupa el despacho contiguo y que por el mismo trabajo puede cobrar entre 50 o 100 euros más por jornada", explica. Por eso no comprende que algo tan sencillo como esa equiparación esté llevando tanto tiempo.

Lo siguiente, dice, será "luchar por una reordenación de las urgencias que no suponga hipotecar la vida". "Libro un fin de semana de cada ocho, y trabajo todos los festivos, las Navidades y los fines de semana de ocho de la mañana a ocho de la tarde, doce horas cada día... Si no fuera porque mi mujer ahora tiene una excedencia, y no trabaja, ni nos veríamos. Y así criar a una hija es muy complicado". "Nos hemos convertido en la mano de obra barata de la sanidad asturiana", señala.

A Isabel González Fernández-Argüelles, médico del SAC en el centro de salud de Las Vegas (Corvera) también le tocó hacer servicios mínimos. Lleva desde 2009 en este dispositivo, y es una firme defensora de la huelga en demanda de los pluses de turnicidad, nocturnidad y festivos que ya cobran los compañeros de otros servicios. "Hacemos exactamente lo mismo que los servicios de urgencias de atención primaria que están en zonas urbanas, somos el equipo de primera llamada cuando hay algún accidente", explica la doctora, que se autodefine como una médica "vocacional".

En el centro de salud de Lugones trabaja el enfermero Máximo Muñiz Álvarez, de 36 años, quien forma parte del SAC desde su creación, en 2006. Anteriormente pertenecía al colectivo de sanitarios denominado "refuerzo", que desempeñaba la misma función. "Somos los grandes olvidados del Sespa. Hay muchos directivos del Sespa que no saben cómo es nuestro trabajo", lamenta. "Yo, como enfermero del SAC puedo cubrir turnos de compañeros del SUAP. Pero me los pagan como miembro del SAC, es decir, me pagan menos, pero he hecho el mismo trabajo", argumenta Máximo Muñiz.

El consejero de Sanidad del Principado, Francisco del Busto, declaró ayer en Navia que el paro convocado por el personal del SAC es una "huelga extraña, porque estamos en las mesas re negociación reunidos con todos y cada uno de los sindicatos".