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"Es como si fuera un poco tu hijo..."

Cientos de personas despiden en Madrid a Ignacio Echeverría, el héroe de los atentados de Londres, dando "la enhorabuena a sus padres por haberle educado así"

El coche fúnebre con los restos de Ignacio Echeverría, a su llegada al tanatorio de Las Rozas. EFE

De una corona de flores con los colores de la bandera española, en la puerta trasera del coche fúnebre, colgaba una dedicatoria "Al héroe que defendió nuestra libertad". En Las Rozas (Madrid), donde pasó su adolescencia y juventud, una multitud despidió ayer a Ignacio Echeverría, el abogado de origen asturiano que perdió la vida a manos de los terroristas de Londres tras evitar que asesinasen a una joven. El funeral por el "héroe del monopatín", el aficionado al skate que pasará así a la historia por el arma que utilizó al abalanzarse sobre el agresor, congregó a centenares de personas que fueron al tanatorio de Las Rozas a despedirle a él y a reconfortar a su familia. A su padre, el ingeniero ovetense Joaquín Echeverría; a su madre, Ana Miralles, y a sus hermanos.

Sus restos mortales, que llegaron el sábado a España, con la Gran Cruz al Mérito Civil a título póstumo, recibieron sepultura en el cementerio de Las Rozas, donde sus padres y hermanos estuvieron arropados durante toda la mañana y hasta bien entrada la tarde por numerosas personas, muchas de las cuales no conocían a Ignacio, que quisieron, tal y como algunos dijeron al salir, acompañarles en su dolor "sereno". "Sereno" porque la mayoría ensalzó sobre todo ese rasgo en la familia.

Eso decía la esposa de un primo del padre ovetense de Ignacio mientras un vecino de Las Rozas repetía que " es ya "como si fuera un poco tu hijo...". "Me siento identificado totalmente, tengo pena y dolor, y rabia también. Vengo a acompañar a la familia, me sentía con el deber de hacerlo", aseguró. El padre de un antiguo compañero de Ignacio ensalza su acto de valor -"Es importantísimo lo que nos ha enseñado este chico"- mientras otro vecino celebraba su "ejemplo a seguir", la "antítesis del egocentrismo". "Le he dado la enhorabuena a los padres por haber educado a un hijo de esa forma tan maravillosa", enlaza el mismo ciudadano, que describe a Ignacio como un chico sociable que estaba en el grupo de música y frecuentaba con su tabla de skate el parque París. Según su testimonio, los padres están enteros y satisfechos de ver cómo han educado a su hijo, con una fuerza "increíble, admirable y contagiosa".

El arzobispo de Madrid antiguo titular de la diócesis de Oviedo, Carlos Osoro, ofició una ceremonia "muy emotiva" que acabó con un "aplauso espontáneo muy contundente y rotundo". Tras el entierro, el padre de Ignacio saludó con la mano a los presentes a través de la ventanilla del coche en el que viajaba de copiloto y se despidió con un "adiós, muchas gracias".

Gesto por gesto, Joaquín Sabina tocaba anteayer en Úbeda (Jaén), su ciudad natal, y le dedicó "Contigo". Por todas partes se hablaba ayer de las casualidades de un mártir del terrorismo que paradójicamente dedicaba parte de su trabajo, en el banco HSBC en Londres, a la lucha contra el blanqueo, a vigilar movimientos de grandes cantidades de dinero y a alertar si se dirigían a la financiación de grupos terroristas en Oriente Medio.

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