Era José Antonio Postigo, el expresidente del Montepío de la Minería, quien pedía las mordidas a los proveedores de la constructora Alcedo de los Caballeros a cambio de hacerse con alguno de los contratos de la construcción de la residencia geriátrica de Felechosa. Tal y como ya adelantó LA NUEVA ESPAÑA, los pagos se realizaban en el bar de Pola de Lena propiedad del dueño de la constructora, Juan Antonio Fernández.

Según la Fiscalía Anticorrupción, el análisis de las ventas declaradas por los principales proveedores de Alcedo de los Caballeros y de sus cuentas bancarias acreditan que se retiró de ellas en efectivo cantidades que sumaron 2.799.060,33 euros entre 2009 y 2012, coincidiendo con la ejecución de las obras. "La investigación ha venido a revelar que, presuntamente, la facturación de dichos proveedores habría sido uno de los instrumentos utilizados para el desvío del dinero público".