Una de las líneas de investigación abiertas sobre el origen de la fortuna regularizada por José Ángel Fernández Villa se encuentra en el análisis de los cheques librados por Hunosa para el pago de las dietas del comité intercentros de la empresa minera. En concreto se investiga si el líder sindical desviaba esos fondos para lucrarse y según los papeles del sumario las pesquisas comenzaron a raíz de la declaración de quien fue lugarteniente de Villa en el SOMA-FIA-UGT, José Laudelino Campelo, que incluso aportó documentación al fiscal.

Cuando Campelo fue expulsado del PSOE a raíz del caso del hipermercado de Langreo -en el que fue declarado no culpable de cohecho- afirmó que Villa estaba detrás de las acusaciones que le llevaron ante el juez, que había sido una especie de ajuste de cuentas. Ahora Campelo aparece detrás de una de las líneas de investigación contra Villa.

Entre marzo y noviembre de 2015 la UCO de la Guardia Civil tomó declaración a 36 personas. Entre ellos los dos hermanos de José Ángel Fernández Villa que aún viven -Asunción y Hermóneges, que destacaron la buena marcha del bar de sus padres en Tuilla, pero negaron rotundamente que pudieran haber amasado una fortuna de 1,2 millones de euros- , compañeros del SOMA y de otros sindicatos, dirigentes de Hunosa y empresarios mineros, como Rodolfo Cachero, que declaró que en su época al frente de mina Jovesa Jose Antonio Postigo le había exigido 20 millones de pesetas para el sindicato a cambio de tranquilidad laboral.