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ARTURO GUTIÉRREZ DE TERÁN | Arquitecto urbanista

"Conocí a Pedro de Silva jugando al fútbol en la playa, éramos dos burgueses socialistas"

"Fui a Madrid con José Girón para convencer a Tierno de que el PSP se uniera al PSOE y se negó, luego pactó por arriba con Alfonso Guerra y sentí que nos vendió"

Arturo Gutiérrez de Terán, en el despacho de FECEA. LUISMA MURIAS

El arquitecto Arturo Gutiérrez de Terán fue el consejero que inauguró desde la autonomía asturiana el urbanismo, la creación del vertedero central de Cogersa y la Sociedad Mixta de Gestión del Suelo, Sogepsa. Nació en Salas en 1942, se crió en Oviedo y fue educado en orfanatos militares de Padrón (La Coruña) y Madrid. Hizo Arquitectura en Barcelona y Madrid y fue uno de los fundadores, junto a Pedro de Silva, de Democracia Socialista Asturiana.

- Acabó Arquitectura en 1968. ¿Qué hizo?

-El Mayo francés influyó. Era difícil encontrar trabajo y fui a Argelia, que había hecho su revolución. Quería poner en práctica qué significaba la libertad y cooperar era vivir la realidad.

- Dejó dos novias en Madrid y pasó una semana hippy.

-En Formentera, mi escuela de mayor. Coincidí en el aeropuerto con Carlos Moya, otro invitado a casa de Carlos Zayas. Descubrí la libertad y fume mi primer porro.

- Estuvo en Argelia dos años.

-Aprendí el ejercicio de la profesión sólo ante el peligro y que lo que dibujas se construye. Había poco material y no era el que me habían enseñado -hormigón y hierro-, sino madera y piedra. Conocí otros colegas, otro país y otro modo de vida.

- ¿Cómo se sintió?

-Muy querido por ser el único cooperante técnico no avalado ni pagado por otro Estado. Tardé en cobrar porque ganaba más que un ministro. Hice escuelas y viviendas para funcionarios con modernización funcional y formal y un análisis de su hábitat: no podían enseñar a la mujer dentro de casa. Me decían que en Córdoba y Sevilla también había rejas en la ventana. Como español, me trataban como de un pueblo hermano.

- Usted se casó allí.

-Mi novia sólo podía estar tres meses y la tercera vez me puso en el brete. Era de Salas, pero la conocí en Oviedo. Era amiga de mi hermana pequeña y un día la encontré hecha una mujer. No queríamos casarnos por la Iglesia, pero había que apostatar y eso era difícil para nuestras familias.

- ¿Cómo hicieron?

-Un ingeniero agrónomo francés que era cura nos casó en mi casa en el rato que yo tenía entre las 12 de la mañana y las 3 de la tarde, ante dos testigos. Nos dio un papel que llevé a la Embajada y nos escribieron en los pasaportes que estábamos casados.

- ¿Por qué dejó Argelia?

-Ramón Fernández-Rañada me escribió para hacer el Plan de Ordenación del Área Central de Asturias. Arrancaba el urbanismo. Llegué a Oviedo en el otoño de 1971 y José López Muñiz había dejado de ser gobernador civil. El Ministerio me contrató por 15.000 pesetas al mes. Venía de ganar el triple.

- ¿Qué trabajo hacía?

-Autorizar e informar todo. Fui ponente a favor de la obra de la "Y", a la que se oponía la persona del Polo de Desarrollo. Rompí con la inercia de los privilegios. Estuve dos años y medio.

- ¿Cuándo entró en política?

-Conocí a Pedro de Silva en 1973, por un amigo común, jugando al fútbol en la playa de San Lorenzo. Éramos dos burgueses no comunistas a los que no les quedaba otra que ser socialistas democráticos. Organizamos Democracia Socialista Asturiana.

- ¿Cuántos eran en la DSA?

-Una docena. Recuerdo a Juan Cueto, Jesús Cadavieco, Jesús Landeira, Gerardo Bustillo... Había partidos socialistas por toda España porque el PSOE no ejercía y en el franquismo era difícil hacer una asamblea nacional.

- Compartía estudio de arquitectura con Bustillo.

-Y con Rañada, que era independiente, y luego con Guillermo Zarracina, que era comunista. En 1974 me preparaba para técnico urbanista y estaba en Madrid cada mes. Se formó la Federación de Partidos Socialistas, en la que Silva y yo fuimos de la ejecutiva. Duró un año, no avanzaba y decidimos optar entre PSOE y PSP.

- ¿Cómo lo decidieron?

-Traje a un careo a Miguel Boyer, del PSOE, y a Raúl Morodo, del PSP, y nos reunimos en la casa de Ramón Cavanilles en Villaviciosa. Recuerdo a Amelia Valcárcel, José Girón y Lola Mateos en el mejor debate al que he asistido con dos primeros espadas que querían ganarnos para su partido y respondían a nuestras ingenuas preguntas. Vivía Franco.

- Se fueron con el PSP.

-Por mayoría aplastante de los 80 del partido, casi todos profesionales, burguesía, lo que luego se llamaron "cuadros". Fui uno de los vicepresidentes nacionales y Silva, secretario general de Asturias. El PSP en Asturias eran Paco Prendes y Germán. Mantuvimos a Prendes de presidente.

- Primeras elecciones: 15-J.

-Mi deseo era la unidad de los socialistas, pero cuando los resultados fueron tan favorables al PSOE, Girón y yo fuimos a Madrid a picar en la puerta de Enrique Tierno Galván, sin llamar antes, para convencerle de unirnos al PSOE. Se empecinó en que no. Lo llevamos a la Universidad y volvimos. Tras el verano supe que Tierno y Alfonso Guerra habían hecho una unión por arriba y nos pedían que la ratificáramos.

- ¿Qué hizo usted?

-Llamé a Morodo. Me contó que Tierno estaba agobiado por una deuda de 100 millones de la campaña y que Guerra le dijo "como éstos" y le ofreció la candidatura a la Alcaldía de Madrid. Sentí que Tierno nos había vendido. Recomendé a los demás que se unieran al PSOE y yo no entré.

- ¿Cuándo entró?

-Después de ir invitado al congreso del no al marxismo. En 1979, me llamó Luis Priede, consejero con el PSOE en el Gobierno preautonómico (hoy está en Ciudadanos) para llevar urbanismo. Fue la primera área que recibió competencias y me nombraron viceconsejero. En 1982, Rafael Fernández me propuso ser consejero. No quería, pero Suso Sanjurjo me dijo que estaba en la lista y me tuve que aguantar.

- Valore sus 4 años con Silva.

-Los viví con ilusión, ganas de hacer y seguro de mí. El trabajo era novedoso, pero, por mi tesis, tenía plan para una legislatura o dos. En 1987 mi materia gris se acabó, pedí irme y Pedro lo entendió. No quería calentar el sillón y perder mi profesión.

- ¿Recuerda presiones?

-Los más próximos decían que un 60% del tiempo se pasaba creando y un 40% evitando las zancadillas del SOMA, los que me propusieron. Había declaraciones públicas de mi poca simpatía por Villa. Si él estuviera sano, contaría más cosas.

- ¿Acabó bien con Silva?

-Sí y así sigo. Nos vemos muy poco. La política enfrió la amistad. Fue un gran presidente, nada autoritario, pero si tomaba una decisión, te la envainabas.

- ¿Se fiaba de alguien?

-Era precavido y defensor de su personaje. No le gustaba que otro ejerciera el protagonismo que le correspondía a él. Normal.

- ¿Lo mejor que hizo usted?

-Cogersa, ejemplo mundial, donde es posible que 78 ayuntamientos cierren filas. Crear la Agencia de Medio Ambiente fue duro, aguanté de milagro.

- ¿Por qué?

-Había que quitar competencias a Agricultura, Sanidad... No había política de Medio Ambiente, ni dinero ni funcionarios. Sólo pude coger las basuras, y ahí nace Cogersa. El presupuesto total de la Dirección General de Medio Ambiente de ese año, 300 millones de pesetas, se lo llevó Asturias para pagar la creación física de Cogersa. Un proyecto posible y con futuro vale más que cualquier idea sin cuerpo. Por la misma razón fue el agua, Cadasa. Los ayuntamientos consorcian si tienen problemas y un piloto. Nunca pensé que estuviera capacitado para ello, pero lo hice con muchos "noes". Silva me apoyó.

- Sogepsa ahora agoniza.

-Fue la primera sociedad mixta que unió a empresarios de la construcción, nada proclives a lo público, y salió adelante porque se les dio la presidencia. Lo normal era que fuera una empresa pública, como pidieron PP y IU. Hasta entonces, la empresa pública urbanizaba y la privada levantaba y se beneficiaba. Yo dije que fuéramos a medias y se comprendió, no sin esfuerzo. Ahora quieren hacerla desaparecer y hacerla pública, justo lo que quise evitar y evitaría hoy. También se tomó en serio la disciplina urbanística.

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