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Secretario de transición ecológica de la energía en la ejecutiva del PSOE

Hugo Morán: "No se puede amortizar a las comarcas mineras, tienen todo el derecho a su futuro"

"Javier Fernández ha sido fiel a una trayectoria de convicciones muy firmes, ahora no caben descalificaciones"

Hugo Morán, ayer, en la plaza del Fresno de Oviedo. MIKI LÓPEZ

Es el secretario del área de transición ecológica de la energía, una apuesta de Cristina Narbona, además de presidenta del PSOE personaje de referencia para Pedro Sánchez en su segunda etapa como secretario general del principal partido de la oposición en España. Hugo Morán tiene entre sus nuevos cometidos orgánicos hacer compatible el proceso de descarbonización en España con garantizar la viabilidad de las comarcas mineras. Defendió antes y ahora el "no" a la investidura de Mariano Rajoy.

- ¿Le pilló por sorpresa la llamada de Pedro Sánchez para la ejecutiva federal?

-Cuando Pedro Sánchez decidió presentarse a las primarias participé en un colectivo que tenía como objetivo la renovación de ideas en el partido. Me pareció una propuesta ilusionante y durante varios meses trabajé en la elaboración del nuevo modelo. La sorpresa me la llevé cuando me llamó para participar en la gestión de esa propuesta, algo a lo que era difícil negarse porque había estado en su definición.

- ¿Y qué argumentos le dio y qué la he pedido Pedro Sánchez?

-Pedro participó muy activamente en el proceso de intercambio de ideas y los documentos de trabajo pero no es tanto los argumentos que me dio como los que construimos entre todos.

- ¿Tuvo mucha influencia Cristina Narbona en que usted estuviera en el equipo de Sánchez desde el inicio?

-Es evidente. Cristina Narbona participó coordinó el equipo multidisciplinar de trabajo en el que ecología y economía dieron a luz la propuesta de transición ecológica de la economía. Nos conocemos desde hace años y con Cristina es difícil negarse porque tiene una capacidad de seducción innegable.

- Tras el debate suscitado en el congreso federal sobre la descarbonización, ¿cuál será la posición del PSOE para los próximos años sobre la viabilidad del carbón nacional?

-El carbón autóctono debe tener un papel de transición en la hoja de ruta que lleva al año 2050. Hace mucho tiempo que se toman decisiones relacionadas con la energía a nivel global por parte de empresas en cuyos balances no aparecen territorios ni personas, sólo números. Sobre transición energética caben dos posiciones: una es que el mundo de la política puede conducir esa transición y decidir hacia dónde, a qué velocidad y con qué instrumentos. La otra posición es inhibirse del liderazgo político en la transición energética pero eso no significa que no se vaya a realizar. Nosotros queremos hacer ese tránsito de una manera justa a un escenario en 2050 sin perdedores en el camino.

- ¿Cuál es la fórmula para lograr esa transición justa?

-La minería del carbón de nuestro país lleva décadas viviendo esa transición. Al inicio de la década de los 90 había 50.000 mineros, ahora 5.000. Parece que se tendió a un proceso pacífico, que miraba más al presente que al futuro, en vez de construir un modelo que pensase en las necesidades de los territorios. No se puede perder ni un empleo más en el sector del carbón que no haya sido previamente sustituido por la creación de otro puesto estable en un sector alternativo. Habrá que dar a los territorios carboneros un estatus prioritario y construir un corpus legislativo con medidas legales, económicas y sociales, con carácter de permanencia, para que esas comarcas se puedan reconstruir a sí mismas. El enemigo del carbón autóctono no es otra energía sino el carbón de importación y ahí deben tomarse decisiones políticas.

- ¿La descarbonización no supondrá el descabello a las comarcas mineras?

-Justo lo contrario. Las comarcas mineras tienen derecho, muy bien consolidado como consecuencia de su papel histórico, a su futuro. No se puede amortizar a las comarcas mineras porque su esqueleto económico esté sustentado sobre un modelo que está en proceso de transición.

- ¿Qué balance realiza de los planes de la minería y de los fondos mineros?

-El resultado es desigual. En la reindustrialización y creación de empleo es evidente que no se han logrado los objetivos pretendidos y en cuanto al sector, la valoración de los sindicatos es una queja sólida por el incumplimiento de los compromisos firmados. En la gestión de los territorios hablaré de mi concejo Lena donde no hubo ni un solo proyecto en el que haya habido mal uso de recursos destinados a construir entornos amables para sus vecinos.

- ¿Se quedaron entonces esos planes a medio camino?

-La Administración que dotó los recursos debería proveer un análisis de los efectos producidos. No ha habido una evaluación global que debería haberse presentado al Parlamento de la nación. Es socialmente exigible un análisis del conjunto de los procesos de reconversión y desde el punto de vista territorial.

- ¿Las investigaciones sobre Villa y el "caso Hulla" ennegrecen la gestión socialista de tres décadas en las Cuencas?

-Es evidente que no aportan lucimiento ni son un ejemplo de buen hacer pero, dicho esto, no podemos admitir que circunstancias concretas que afectan a personas concretas, incursas en procedimientos pendientes de resolución, contaminen en su conjunto la acción de políticos y sindicalistas que han respondido de forma transparente.

- ¿Cómo vio la pugna que desembocó en el convulso comité federal del 1 de octubre?

-Lo vi con perspectiva porque estaba convencido de que me había retirado de la política. Asistí con un cierto estupor a todo ese proceso, aunque el PSOE suele afrontar cada década un debate muy intenso.

- ¿Qué le parece la labor de la gestora presidida por Javier Fernández?

-Conozco a Javier Fernández desde hace unos años y es una persona de convicciones personales e ideológicas muy firmes. Quien crea que Javier Fernández va a renunciar a su forma de entender cuál es la mejor respuesta a un determinado problema, se equivoca. Javier hizo una apuesta ante el momento que vivía el partido y lo hizo consciente de que había otra propuesta distinta. Y el resultado ha sido el que es. Pero eso no puede significar que se produzca una descalificación general de quienes mantuvieron una posición que no obtuvo la mayoría del respaldo en las primarias y el congreso. Si fuera así el PSOE hace tiempo que habría dejado de existir. Este partido siempre ha sido capaz de recoger lo mejor de los que ganaban y de los que no ganaban en cada congreso. Javier ha sido fiel a una trayectoria vital, vinculada a unas convicciones muy firmes. Y punto. Que nadie le pida a sus años a Javier que deje de ser Javier.

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