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Atrapados en la terminal, volumen dos

Concluye la peripecia de los pasajeros retenidos hasta 48 horas en el aeropuerto de Nueva York, que dos gijoneses ya sufrieron este mismo mes

Los pasajeros tratan de dormir en el aeropuerto de Nueva York. E. L.

Ahora no saben dónde están sus maletas, pero la odisea de la terminal terminó ayer para los pasajeros asturianos que desde el domingo pasaron 24 horas los más afortunados, 48 los menos, atrapados en el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York. La ovetense Elena Laso y su pareja, dos de los al menos cinco asturianos afectados por una serie de catastróficas desdichas, de retrasos y cancelaciones encadenados, aterrizaron en Asturias sin equipaje ayer al mediodía, después de pasar una noche sin explicaciones en el duro suelo de la terminal neoyorquina. Sus maletas no llegaron, pero ellos sí. Su vuelo de Iberia a Madrid despegó del JFK 24 horas después de lo programado porque una tormenta desvió a Boston su avión en el vuelo previo de la capital de España a Nueva York.

Cancelaron el vuelo. "Nos dijeron que no había hoteles disponibles en Nueva York", se ríe ahora Elena. Les dieron una manta roja, tres cheques para tres comidas, total cincuenta dólares, y entre la incertidumbre y la indignación pasaron la noche en el suelo de la terminal. Como Viktor Navorski (Tom Hanks en "La terminal"), pero sin toques de comedia. Entre llamadas a la Embajada, reclamaciones en Iberia y desesperación. "Había bebés, ancianos... El trato fue inhumano".

Pero su caso es el más leve de esta historia. Elena y su pareja coincidieron en el aeropuerto y en la indignación con otros dos asturianos que ya llevaban un día atrapados allí cuando ellos llegaron al aeropuerto. Su vuelo, otro Nueva York-Madrid, tendría que haber salido el día anterior, el domingo, pero tampoco salió, también fue cancelado por una avería. Ellos pasaron la primera noche en un hotel, la segunda en la terminal. También llegaron a casa ayer.

Pero el redoble de tambor lo puede dar una pareja de gijoneses. No era la primera vez. Manuel Ángel Jiménez y Eva Cristóbal viajaron a Nueva York para celebrar sus 20 años de casados, y a la vuelta también se quedaron atrapados en el aeropuerto John F. Kennedy durante más de 24 horas. Ocurrió el pasado 3 de junio, cuando se vieron envueltos en una situación muy parecida. Pero lo más curioso del caso de Manuel y Eva es que cursaron una reclamación a la compañía aérea por los daños y perjuicios y ésta se los ha denegado aludiendo a que "el retraso en el vuelo se produjo por el choque de un pájaro contra el avión y eso para ellos es una causa de fuerza mayor", explican.

"Estaba leyendo LA NUEVA ESPAÑA y vi que a dos asturianos les había pasado algo similar a nuestro caso. No puede ser que una compañía seria tenga este problema organizativo cada poco en viajes transoceánicos. Los usuarios tenemos que denunciar estas situaciones porque no es algo normal, y menos que se repita en un espacio de apenas dos semanas", comenta Jiménez. Su llegada a Asturias estaba prevista para el domingo 4 de junio, a las 13.00 horas, tras hacer escala en Madrid, pero acabaron llegando el lunes a las 21.00 horas, con un paso intermedio por el aeropuerto de Heathrow, en Londres. "Perdimos un día de trabajo y pedimos un certificado por el retraso, y en él señalaron que la causa había sido lo del pájaro, pero sin un informe técnico ni nada que lo acreditase", lamenta Jiménez, que resalta también que "volví a insistirles y entonces me dijeron que el retraso había sido por causas técnicas, con lo que nos dieron dos versiones distintas".

Contrariado y también resignado, Manuel Jiménez sigue sin entender "el desbarajuste organizativo de las compañías aéreas y la falta de información en esos casos". "No es que se te quiten las ganas de viajar, pero entiendo que la gente se tire a las compañías 'low cost', porque pagar un billete caro, y con una compañía seria, tampoco te ofrece ninguna garantía", concluye.

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