En el día que se adelanta como el más caluroso de lo que va de año, la Agencia Estatal de Meteorología ha hecho esta mañana un balance poco alentador del invierno y la primavera en lo tocante a las precipitaciones. El año hidrológico, que empieza a contar el 1 de octubre, acumula en Asturias un déficit de lluvias de entre el 25 y el 30 por ciento en relación con lo que se considera normal. El delegado en Asturias de la Aemet, Manuel Mora, ha deslizado el dato durante su repaso al balance de la primavera y el avance predictivo del verano en la región, hablando casi al final de una ola de calor que remite mañana, que hoy al mediodía ya superaba los treinta grados de máxima en Mieres (31,1), Salas (30,7) y Oviedo (30,1) y que Mora no considera algo "excepcional". "No se ha superado ningún registro histórico", destaca, y el episodio será corto, toda vez que para mañana se adelanta un descenso súbito de las temperaturas máximas de hasta diez grados como consecuencia de la entrada de vientos frescos del Oeste que traen nubosidad, posibilidad de lluvias y un acusado descenso térmico.

Según la predicción estacional de la Aemet, Asturias encara en plena ola de calor un verano que se prevé más cálido de lo habitual y sobre el que los modelos de previsión de precipitaciones no se ponen de acuerdo respecto a si será más o menos húmedo. La región, eso sí, ha dejado atrás un trimestre primaveral que sobre todo en abril y mayo merece ser calificado de "muy cálido y seco". Mora ha desgranado los datos de resumen de la estación que acaba y previsión de la que comienza catalogando la pasada primavera como la sexta más cálida y la séptima menos húmeda desde 1981 y también, eso sí, como "la más soleada" de la serie histórica, con un 23 por ciento más de las horas de sol habituales para la época en Oviedo. Gijón también vivió por ejemplo el mayo más caluroso desde 2001, ha destacado.

Mirando hacia el verano, con toda la prevención de la previsión a largo plazo, Mora no ve probado que este episodio de calor por encima de lo normal deba necesariamente reproducirse a lo largo de la estación, aunque sí alude a estudios que apuntan hacia "una mayor frecuencia de episodios de calor". Siempre es arriesgado hacer extrapolaciones en un terreno como el meteorológico, resbaladizo por su hábito de "variabilidad", pero sí existen análisis, estima el delegado de la Aemet, que apuntando hacia el cambio climático y al calentamiento global predicen "que los veranos tienden a adelantarse y a incrementar su duración".