Cuando ayer, en la Junta General del Principado, el portavoz de IU pidió al Presidente movimientos en su Gobierno, resultaba que el Gobierno ya se había movido solo. La consejera de Infraestructuras, Belén Fernández, abandonó el cargo que ostentaba desde 2012 generando el segundo relevo en el Ejecutivo de Javier Fernández justo cuando se cumple casi exactamente un mes del cese de Francisco Blanco como consejero de Empleo. El hasta ahora portavoz parlamentario del PSOE en la Junta, Fernando Lastra, es el sustituto elegido para resolver una crisis de Gobierno en la que el Presidente mantiene la continuidad como pauta de sustitución.

La oficialización del cese de Belén Fernández, justificada desde el Principado por motivos personales y por su deseo de "reincorporarse a su puesto de funcionaria en la Administración autonómica", sorprendió a primera hora de la tarde de ayer a muchos dentro y fuera del Gobierno, pero materializa una decisión que la ya exconsejera tenía tomada desde hace días, quejosa por lo que sentía como falta de apoyo suficiente del Gobierno en los numerosos frentes abiertos que tenía su Consejería. El último de muchos intentos de convencerla de lo contrario fue la intervención del portavoz del Ejecutivo, Guillermo Martínez, en el pleno de la Junta del pasado jueves. Belén Fernández, que ha sido uno de los principales blancos de las críticas de la oposición, que fue reprobada en mayo con los votos de todos los grupos salvo el suyo, se ausentó de una sesión en la que tendría que haber respondido anteayer a varias preguntas que la interpelaban por algunos de los muchos asuntos controvertidos que tocan su departamento, la aguda crisis de Sogepsa o la recalificación del geriátrico del Montepío de la Minería en Felechosa.

No acudió, y Martínez la sustituyó en los turnos de réplica haciendo mucho hincapié en la defensa a ultranza de su gestión. Era un gesto para tratar de revertir su decisión, pero no fue suficiente. Belén Fernández mantuvo su consideración sobre la falta de respaldo político y el mismo jueves por la tarde comunicó su cese en las empresas que preside por razón de su cargo, Sogepsa, la Zalia o Cogersa, entre otras. Saber que pese a ese apoyo explícito recibido hasta el jueves el Gobierno sopesa llevar a la Fiscalía la auditoría recién elaborada sobre su gestión al frente de Sogepsa fue sólo uno de los indicios de falta de apoyo que ha llevado a Fernández a tomar la puerta de salida.

Sus inclinaciones dimisionarias eran un secreto bien disimulado hasta ese momento, a pesar de que la todavía consejera también se ausentó el mismo jueves de la visita del ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, a Gijón. Incluso el que será su sustituto al frente de la Consejería, Fernando Lastra, no tuvo conocimiento de la dimisión hasta ayer, unas horas antes de que la noticia se hiciese oficial. El cese deja atrás una etapa particularmente convulsa, jalonada por multitud de controversias y de interpelaciones críticas en la Junta, reprobación incluida. Entre los asuntos que han socavado la agitada etapa de Fernández al frente de Infraestructuras figura en lugar destacado Sogepsa, la sociedad mixta del suelo acosada por su deuda muy por encima de los 150 millones de euros, por las sospechas sobre su gestión y las dudas de compatibilidad con la normativa europea de libre concurrencia, pero no fue ni mucho menos el único de sus problemas. El Gobierno impulsó bajo su mandato una gran alianza en defensa de las grandes infraestructuras pendientes a la que sólo se sumó IU, pero además Belén Fernández fue reprobada en la Junta por la "ineficiencia" de su gestión de las cada vez más frecuentes crisis de contaminación y muy reiteradamente criticada por la oposición entre otros asuntos también por la ralentización de la zona de actividades logísticas, la Zalia. En el escueto agradecimiento a sus servicios divulgado ayer por el Gobierno se mencionaba su contribución al impulso de "la ordenación del territorio y, en concreto, el área metropolitana central de Asturias, sus esfuerzos en la mejora de la calidad del aire y en la defensa permanente de la modernización de las comunicaciones de la comunidad". Sobre el área central, no obstante, entre los antagonistas parlamentarios del Ejecutivo hay muchos que también reprueban su falta de mano izquierda para sumar al acuerdo a los ayuntamientos concernidos, particularmente al de Gijón.

Por si a su departamento le faltaran polémicas, en su ausencia del pleno del jueves Podemos puso el foco sobre la presunta responsabilidad de la comisión de urbanismo, la CUOTA, en la recalificación del suelo que permitió legalizar la obra del geriátrico de Felechosa, epicentro de la investigación de la "operación Hulla". Ocurrió en 2010, mientras Fernández era viceconsejera de Medio Ambiente, pero la formación morada está decidida a poner el caso en manos de la Fiscalía Anticorrupción.

La elección del sustituto de este segundo cese en el Gobierno de Javier Fernández predica continuidad. Escoge en este caso no dentro del Gobierno -como en el caso de Isaac Pola, un director general como relevo de Francisco Blanco-, pero sí en el núcleo más duro del partido y del grupo parlamentario. El Presidente opta por aprovechar el cese para fortalecer el impulso político del gabinete, por un nombramiento más político que técnico y por designar a un dirigente experimentado con bastantes más de treinta años de carrera política a sus espaldas.

El acceso de Lastra a la Consejería debe necesariamente arrastrar cambios en el grupo parlamentario socialista en la Junta. El nuevo consejero de Infraestructuras no renunciará a su escaño, pero habrá que designar a un nuevo portavoz parlamentario. Aunque la decisión no está tomada, los perfiles y las funciones que desempeñan dentro del grupo, las alternativas con más peso señalan hacia el que hasta ahora era adjunto a Lastra, Marcelino Marcos Líndez, que de momento acudirá el lunes en nombre del PSOE a la Junta de Portavoces. En medios socialistas, no obstante, también se especulaba ayer con el nombre de Nino Torre.