Los jueces y fiscales se han rebelado contra el ansia de digitalización absoluta y el "papel cero" del Ministerio de Justicia, que pilota Rafael Catalá. Es un movimiento nacional al que se suma Asturias. La judicatura asegura que "lo que tenía que ser una comodidad, se ha convertido en un tormento", porque esa digitalización se limita a convertir toda la documentación y pruebas de los sumarios en un pdf que no tiene ni un índice que permita ubicar la información. Los jueces aseguran que el trabajo se duplica o se triplica, según la complejidad de la causa, y que se corre el riesgo de convertirse "en un embudo" en la impartición de justicia al retrasarse en dictar sentencias.
La situación no es mejor para los fiscales. La última reforma legislativa obliga a grabar en vídeo todas las declaraciones, pero sin transcripción escrita, lo que supone, según la Fiscalía, enormes dificultades para contrarrestar contradicciones y concretar citas en asuntos complejos, lo que redundaría en perjuicio de las defensas.
Ni jueces ni fiscales se oponen al uso y aplicación de las nuevas tecnologías. El problema, coinciden, es que puedan contar con los medios tecnológicos necesarios para su correcta utilización y que la digitalización de los documentos se haga correctamente.
Julio Martínez Zahonero, delegado de la Asociación de Jueces para la Democracia en Asturias, señaló que "el problema está en hacer bien la digitalización de los documentos, y contar con los medios necesarios para facilitar la labor del juez. Pero lo que está ocurriendo es que el expediente se convierte en un pdf en el que no existe siquiera un índice que sirva de guía. Así que lo llevaba dos horas de trabajo en papel, ahora puede llevar el doble o el triple. Aquí no existen modelos estandarizados y hay demandas, recibos, apuntes en hojas de libretas... Todo se debe de poder localizar con rapidez, hay apuntes, que hacer...". A eso se suma que, en papel, los magistrados se podía llevar el trabajo a casa y adelantar los fines de semana y festivos. Ahora, con la digitalización eso no es posible porque no tienen acceso a los expedientes.
"En una causa en la que hay que analizar y estudiar cientos o miles de folios, el trabajo se retrasa muchísimo. El juez se puede convertir en un embudo porque se tarda más en ver el asunto, y cuanto más complejo sea, mayor es el retraso. En vez de acceso rápido, la digitalización se ha convertido en un tormento", aseguró Martínez Zahonero.
La Fiscal Superior del Principado, Esther Fernández García, al igual que el resto de fiscales del país, reconoció "los beneficios de los medios tecnológicos", ya que las grabaciones recogen el tono empleado en la declaraciones y la firmeza o la inseguridad de quien testifica. Pero advierte de que al existir sólo grabaciones en DVD de las declaraciones de investigados y de testigos, sin transcripción en papel, provoca que en el juicio oral ni el fiscal ni las partes acusadoras ni el propio tribunal podrían detectar y apreciar contradicciones con la fase de instrucción. Y en el caso de que se apreciara, habría que acudir a la reproducción audiovisual de lo declarado antes, lo que técnicamente no siempre es posible.
Admitiendo, como los jueces, el beneficio de los medios tecnológicos, en cuanto a que recoge el tono empleado en la declaración, la firmeza o la inseguridad, la Fiscalía indica que "el acta escrita es el medio más eficaz para concretar las citas en los asuntos de cierta complejidad", porque "la prohibición absoluta de documentación escrita" perjudicaría las posibilidades de defensa de las partes, "especialmente cuando no se cuenta con medios técnicos adecuados para incorporar a la grabación hitos o marcas" que faciliten el trabajo. Por eso, la Fiscalía recomienda solicitar, de forma razonada, la transcripción de los vídeos e incluso recurrir si el Juzgado lo rechaza.
