Por primera vez los deberes escolares entran en la circular de inicio de curso, publicada ayer por la Consejería de Educación. La Administración asturiana deja libertad a los centros escolares para decidir "una orientación común" sobre esas tareas complementarias. La política de cada centro respecto a los deberes debe quedar concretada en cada etapa educativa. En resumidas cuentas, lo que se pide desde la Administración es un esfuerzo de coordinación entre el profesorado para que los alumnos no se ahogen con deberes y que las correcciones se lleven en clase.

"Estas tareas -se lee en la circular- tendrán como finalidad potenciar la autonomía y responsabilidad del alumnado, reforzar las actividades del aula y mejorar la comunicación con las familias". Educación señala algunas características "deseables" para las citadas tareas escolares y "que los centros deberían tener en cuenta al establecerlos".

Por ejemplo, deben diseñarse para ser realizadas autónomamente por los alumnos sin que sea precisa la ayuda de sus padres o terceras personas, "aunque se pueda solicitar su supervisión y control".

Deben ser accesibles para todo el alumnado al que van dirigidas, indistintamente de sus condiciones personales y sociales. En los primeros cursos, se señala, los deberes buscarán el refuerzo y "a medida que avanza la escolarización, deberían tener un carácter más investigador y motivador".

La circular de inicio de curso, que está colgada del portal Educastur, de la Consejería de Educación, califica de "muy conveniente", siempre que se paute este tipo de tarea, "prever tiempo suficiente para su revisión y corrección en las clases, ya sea de forma individual o colectiva". Y la previsión de tiempo para su realización "debe contemplar la totalidad de las tareas que se encargan en el conjunto de las áreas o materias, evitando en todo caso la acumulación de tareas. El volumen o tamaño de la asignación total debe estar ajustado a la edad y circunstancias educativas del alumnado".

Educación incluye el asunto de los deberes escolares después de la polémica surgida durante el curso pasado tras la decisión de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres "Miguel Virgós" de promover una "huelga de deberes caídos", al considerar las tareas complementarias un error pedagógico. Aquella iniciativa generó una reacción entre los sindicatos docentes que la calificaron como una forma de desautorización al profesorado.

"Debe recordarse que un volumen excesivo de deberes puede generar un aumento de la inequidad educativa", recalca la circular del Principado.