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Médicos de los grandes hospitales irán también a las alas para paliar la escasez

El programa de cooperación aspira a cubrir las necesidades de Jarrio, Cangas y Arriondas | "Enriquece a los profesionales", destaca el Sespa

Los hospitales de las alas de Asturias sufren escasez de médicos, y el Gobierno regional ha diseñado un plan para atajar este problema. Consiste en estimular la cooperación entre áreas sanitarias y entre hospitales, y se plasmará en que algunos especialistas de los hospitales de la región de mayor tamaño (esencialmente los de Oviedo, Gijón y Avilés) se desplacen algún día de la semana a los centros sanitarios más pequeños (básicamente los de Jarrio, Cangas del Narcea y Arriondas). La estrategia ha empezado a llevarse a la práctica recientemente. "Estamos encontrando un buen nivel de aceptación en los médicos más jóvenes a los que se les oferta esta posibilidad", explicó José Ramón Riera, gerente del Servicio de Salud del Principado (Sespa), quien agregó que esta medida "no resolverá lo que es un problema muy complejo, pero confiamos en que al menos lo palíe".

El citado programa cooperativo constituye una de las soluciones arbitradas por las autoridades sanitarias del Principado para atajar la escasez de médicos en la región. Un déficit que incide de forma particular sobre los hospitales periféricos, para los que resulta costoso encontrar especialistas incluso ofreciendo plazas fijas mediante concurso-oposición. Tampoco la decisión de conceder más puntos a los profesionales de las bolsas de demandantes de empleo ha servido para motivar a los facultativos a trabajar en los hospitales de las alas.

Hasta la fecha se han iniciado, entre otros, protocolos de colaboración entre las áreas de Avilés y Jarrio, de Gijón y Arriondas, o de Mieres y Langreo. A los facultativos se les compensa con el pago de las dietas y los desplazamientos. "Es una experiencia positiva para los profesionales, que se enriquecen al trabajar juntos", indicó el gerente del Sespa, quien agregó que los médicos jóvenes "saben que van a incorporarse a un ámbito geográfico que trasciende el área sanitaria".

Riera reiteró la preocupación de su Departamento ante una realidad estadística inapelable: en los próximos años van a intensificarse las jubilaciones de facultativos, y la cifra de médicos que se hallan en fase de formación es insuficiente para cumplimentar el relevo generacional. "No es un problema coyuntural, sino estructural, que afecta no sólo a Asturias, sino también a España y a Europa", explicó el gerente del Sespa.

Las cifras de jubilaciones de médicos en el Principado inquietan a los gestores. Está previsto que este año se retiren 92; en 2018, 105; en 2019, también 105: en 2020, 100; y en 2021 se disparará la cifras de jubilaciones: 201. Se trata de facultativos que alcanzan los 65 años, edad de jubilación obligatoria en Asturias en virtud de una norma que comenzó a aplicarse en 2009. Desde ese año, en la sanidad pública regional se ha registrado una media anual de unas 100 jubilaciones de médicos. Hasta la entrada en vigor de la citada regulación, la mayor parte de los facultativos prolongaban su vida laboral hasta los 70 años. Entre otras razones, porque sufren una severa reducción de ingresos cuando pasan a cobrar la pensión de jubilación. Según algunas estimaciones, la bajada de sus percepciones brutas es como mínimo del 50 por ciento, y puede ser bastante superior en función de las guardias y del rango del cargo que desempeñen.

Riera señaló que existen trabas legales para que el Sespa aumente de 65 a 67 años la edad de jubilación voluntaria. En consecuencia, lo que hará la Administración consiste en facilitar la concesión de prórrogas en el servicio activo, en particular en aquellas especialidades en las que más acusada es la escasez de médicos (el problema es desigual). De los aproximadamente 800 médicos jubilados desde 2010, 184 solicitaron continuar. Se les concedió a 65 y se les denegó a 119. Buena parte de las respuestas afirmativas a la prórroga corresponden al último año, cuando comenzó a ser más patente la escasez de facultativos, sobre todo en especialidades como medicina de familia, pediatría, radiodiagnóstico y anestesia. Las prórrogas se conceden por periodos sucesivos de seis meses. Las autoridades sanitarias consideran que, en adelante, las solicitudes de continuidad aumentarán conforme los médicos vean que su petición puede prosperar, posibilidad que durante años fue muy escasa.

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