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Los problemas de la investigación en el Principado

Los científicos asturianos, en situación "desastrosa", urgen un pacto regional

Asturias necesita "un cambio radical" para reincorporar jóvenes primando "los méritos" y con garantías de financiación, claman los investigadores

Pablo Alonso, con un láser, en las instalaciones del laboratorio del País Vasco en el que trabajó. LUISMA MURIAS

Los científicos asturianos reclaman un pacto regional por la ciencia que permita un cambio radical en el sistema investigador de la región, fomentando la incorporación de jóvenes investigadores con una selección en la que primen "los méritos de los candidatos", y que asegure las convocatorias en plazos concretos y con financiación garantizada a medio plazo. El objetivo es que se garantice la meritocracia, la atracción de talento y que "Asturias se convierta en un referente como lo es, por ejemplo, el País Vasco".

La situación actual de los investigadores en Asturias es "desastrosa", según ellos mismos admiten, debido tanto a la falta de inversión como a una gestión caduca que burocratiza y ralentiza todos los procedimientos, provocando la marcha de científicos a otras comunidades autónomas, principalmente al País Vasco, aunque también a Barcelona y desde hace un tiempo a Aragón, además de a otros países.

Tanto jóvenes como veteranos científicos asturianos tienen claros los cambios que habría que realizar. Fundamentalmente dos: un pacto regional que permita aumentar y asegurar la financiación de los proyectos investigadores a cinco años vista y un modelo diferente de selección de las plantillas investigadoras.

"La falta de competitividad en investigación y desarrollo en la región no se solucionará desde arriba, sino desde abajo, aumentando el nivel científico de la base investigadora. Hay que fomentar nuevas incorporaciones primando solamente el talento y los méritos del candidato, y no el currículum del grupo que lo va a recibir. Es fundamental un pacto regional, que todos los partidos políticos entiendan la trascendencia de la investigación y el enorme potencial que tiene el Principado y apuesta por ello, asegurando una financiación suficiente y sostenida en el tiempo. Debe verse como una inversión, no como un gasto", remarcó el físico experto en nanotecnología Pablo Alonso, uno de los científicos más brillantes en Asturias.

Ángel Manteca es profesor titular del departamento de Biología Funcional, del área de Microbiología, de la Universidad de Oviedo. Lleva investigando 16 años, de los que cuatro fue investigador predoctoral, seis como postdoctoral y otros seis como profesor titular e investigador principal de su propio grupo. "Un pacto regional, e incluso nacional, de ciencia es necesario e imprescindible si queremos mejorar nuestra calidad científica: regularidad en las convocatorias y una selección de nuevo personal basada en la excelencia son fundamentales", asegura.

El profesor e investigador Rafael Morales cambió la Universidad de Oviedo por la del País Vasco para asegurar que podría continuar con su carrera investigadora. "Un pacto regional es imprescindible si se quiere apostar de verdad por el potencial de la ciencia en Asturias y dar imagen de seriedad para atraer talento. No puede ser que las convocatorias de ayudas no sólo se retrasen continuamente sin calendario fijo, sino que haya años que no se convocan".

Para los científicos asturianos, "lo fundamental es atraer talento y renovar poco a poco las plantillas". Coinciden en que el primer paso debe ser incrementar y asegurar la financiación en ciencia. Pero además, es "primordial" atraer el talento y renovar las plantillas investigadoras de la Universidad de Oviedo y de otros organismos que ya están envejecidas.

Para Pablo Alonso, "las becas predoctorales Severo Ochoa se deben conceder a los mejores currículos, y son los elegidos quienes deben poder seleccionar con qué grupo quieren trabajar de acuerdo a sus intereses científicos. Deben ser evaluadores externos quienes seleccionen, y no los grupos que ya existen quienes decidan", asegura Pablo Alonso.

El mismo criterio se debería de seguir para las becas postdoctorales, con unas ayudas distribuidas por áreas. Además, añade el nanotecnólogo moscón, se debe priorizar el currículo del candidato y su edad, no el del grupo receptor. Y sobre todo, debe existir un "plan continuado en el tiempo de atracción del talento investigador, con personas de reconocido prestigio internacional. Para ello es necesario ofrecer contratos de al menos cinco años de duración".

Según Alonso, "no hay por qué atraer a más de 5 o 10 candidatos al año. Hay que ser selectivos: pocos y con buenos medios y buena financiación. Ellos se encargarán de atraer a más investigadores y proyectos internacionales. Se trata de una inversión, no de un gasto, porque cuando pase un tiempo, se autofinanciarán y Asturias sería un referente internacional".

El profesor Ángel Manteca se expresó en los mismos términos. "Es fundamental la financiación, pero además es primordial atraer talento y renovar poco a poco las plantillas. Hay que apoyar a los jóvenes investigadores que demuestren un potencial elevado, por ejemplo, a aquellos que han conseguido ayudas de renombre nacionales, como las Ramón y Cajal, o internacionales, como el programa Marie Curie, StartingGrants, ambas del EuropeanResearch Council. Hay que potenciar los programas regionales de incorporación de jóvenes talento, como el Clarín, del Principado".

En su opinión, "habría que hacer convocatorias duras, en las que se valore la excelencia científica e innovadora, de forma que seleccionemos y estabilicemos a los mejores. Si conseguimos estabilizar a los mejores científicos, y logramos que formen sus grupos de investigación, en sólo una generación podríamos elevar el nivel científico de nuestra región de forma exponencial".

Pero además, añadió el científico, "es básico apoyar a los grupos de investigación emergentes y a los ya instalados haciendo convocatorias de proyectos de investigación y de ayudas para contratar a personas de investigación con regularidad", en referencia a estudiantes predoctorales y técnicos de laboratorio. "Hoy en día pueden pasar años sin convocatorias, y luego pueden tardar meses e incluso un año en resolverse. Eso hace muy difícil la continuidad de las líneas de investigación".

Rafael Morales es investigador del departamento de Química-Física de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la Universidad del País Vasco, y su investigación se centra en estudiar los fenómenos físicos y las propiedades de materiales magnéticos que tengan alguna de sus dimensiones en la escala nanométrica. Hace 15 años que se dedica a la investigación, pero cambió la Universidad de Oviedo por la del País Vasco porque era allí donde le permitían primar la investigación sobre la docencia. Según explicó, el sistema científico se estructura en tres niveles: estudiantes de doctorado, investigadores posdoctorales y personal investigador de plantilla. "Cualquier actuación en cada una de estas categorías repercutirá en el nivel científico, pero para mantener el sistema de grupos actual son imprescindibles los estudiantes de doctorado. No se puede pretender ser constructor y no tener albañiles". asegura.

Morales defiende que el papel primordial de la Universidad es la docencia, pero también tiene que incorporar la investigación a su ADN. Para ello, "tiene la posibilidad de contratar profesores sólo para investigar o con una carga docente muy reducida. Tiene que ser voluntad del Principado fomentar esta plantilla con los presupuestos de la Universidad. Podría haber un programa regional estilo Ramón y Cajal, que permita contratar investigadores por cinco años. Después de este tiempo y con todas las evaluaciones positivas pasarían a formar parte de la plantilla universitaria".

En esa línea, el investigador y profesor en el País Vasco entiende que los currículos de los candidatos y del grupo receptor "deben valorarse con diferente peso en la puntuación final. Debe darse prioridad al del candidato, pero también tiene que tenerse en cuenta el grupo receptor. Son becas para completar la formación investigadora, y esta formación depende en gran medida de los medios disponibles en el laboratorio y la calidad del grupo que le recibe".

En cuanto a las ayudas públicas y la atracción de talento, Rafael Morales considera que son "una valiosa fórmula para mejorar el nivel científico. Atraer científicos consolidados de forma permanente es complicado. No van a venir científicos reconocidos si no les ofreces algo más atractivo de lo que tienen en su institución. Sin embargo, sí es posible que vengan por unos meses. En este tipo de convocatorias se les paga bien el tiempo que están aquí, pero se les exigen una serie de colaboraciones o requisitos durante uno o dos años, lo que repercute de forma muy positiva en el grupo receptor, incluso a más largo plazo". Añadió que "un peldaño por abajo estarían las convocatorias que permitan Contratar durante cinco años a investigadores con buena formación posdoctoral y con la posibilidad de convertirles en plantilla fija mediante concursos de méritos".

El equipamiento es otra de las claves. Los científicos consideran que la Universidad está bien equipada en cuanto a medios tecnológicos. Pero existen varios servicios científicos-tecnológicos que carecen de personal de laboratorio que los mantenga debidamente. Para Ángel Manteca, la solución "sería fácil. Simplemente habría que coordinar las convocatorias de personal con las de grandes equipos. Dicho de otro modo, no se debería hacer una convocatoria de un gran equipamiento sin otra paralela para la contratación del personal técnico que garantice que ese equipamiento se va a utilizar de forma adecuada, y va a ser accesible para los usuarios que lo necesiten".

Pablo Alonso también tiene una propuesta: realizar contratos de técnicos de laboratorio con continuidad en el tiempo, al menos cinco años, con cumplimiento de objetivos y evaluables. Para ello es necesario una financiación continuada en el tiempo.

Rafael Morales considera que "es una lástima que la Universidad no aproveche todo el potencial que tienen sus equipos. La falta de técnicos especializados en el manejo de los equipos no sólo limita la actividad científica de los grupos de la universidad, sino que dificulta el servicio que pueden ofrecer a las empresas. Los técnicos son necesarios. Para abaratar costes podría haber un técnico para varios equipos, dependiendo de la demanda que exista".

Pablo Alonso, que tiene financiación de la UE, lleva más de un año esperando espacio y medios

El caso del asturiano Pablo Alonso podría pasar como el "antiejemplo" de la gestión administrativa de la investigación y convertirse en paradigma de cómo la burocracia tiene una capacidad infinita para poner zancadillas al talento. Este físico natural de Grado, abandonó un puesto de investigador en el País Vasco para instalarse en Asturias. Acudió a la Universidad de Oviedo con una beca europea de un millón de euros para investigar sobre el grafeno y sus aplicaciones como material clave para la próxima revolución tecnológica.

Un año y medio después de su regreso al Principado en 2015, todavía se le ha concedido recientemente un espacio en el edificio Severo Ochoa para montar su laboratorio, pero aún no ha podido empezar a investigar ni contratar a su equipo porque carece del personal necesario, aun cuando cuenta con financiación para costearlo.

Además, la falta de personal hará que cuando consiga por fin iniciar su labor, tendrá que realizar tareas propias de técnicos y personal de laboratorio con los que no cuenta porque los equipos tecnológicos carecen de especialistas en su mantenimiento. El investigador efectuó un camino poco habitual en Asturias: el de optar por su tierra para desarrollar un proyecto contando con el dinero necesario para hacerlo. Sin embargo quizás no contaba con que las dificultades para hacer descubrimientos estarían precisamente en la falta de medios básicos.

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