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CARLOS IGNACIO NORES | Profesor de Zoología de la Universidad de Oviedo, se jubila este año

"No hacemos otra cosa que dar clases, la docencia se ha multiplicado por tres"

"Me parece indecente que jóvenes investigadores con un currículum tremendo se estén matando para conseguir una plaza subpagada"

"No hacemos otra cosa que dar clases, la docencia se ha multiplicado por tres"

- ¿Cómo ve el presente de los científicos asturianos?

-Mire, hablaba el otro día con el novio de la hija de unos amigos. El chico había estado en Silicon Valley en California, es ingeniero aeronáutico. Y le preguntó mi mujer: "¿De cuántos países hay gente allí?". "De más de catorce", contestó él. Entonces intervine yo: "Hombre, igual que aquí". ¿Cómo? Sí, sí... La que cuida a mi tía es paraguaya, la que cuida a mi suegra es colombiana, la que viene a mi casa es ecuatoriana, la que trabajaba en casa de mi madre era caboverdiana... Nosotros reunimos catorce países, pero para cuidar a gente mayor, no para elaborar productos con valor añadido. Y éste es el tremendo problema que tenemos. En España parece que con médicos, políticos y criados nos arreglamos.

Carlos Ignacio Nores Quesada (3 de enero de 1953, La Coruña) es profesor de Zoología en la Facultad de Biología de la Universidad de Oviedo. El 31 de diciembre comerá las uvas ya como jubilado. Hay ganas: "Estoy cansado; la docencia se ha multiplicado por tres y no hay tiempo para investigar". Aunque nació en Galicia, Nores llegó a Asturias siendo un niño: "Era el quinto de cinco hermanos y mi abuela materna, que era muy de Gijón, quería un nieto asturiano, aunque fuera de recría. Estudié el Bachillerato en Gijón, en los jesuitas, y volvía con mis padres y hermanos a La Coruña en vacaciones". Estudió Biología y en 1980 consiguió su primer contrato en la Universidad. Es vicepresidente de la Fundación Oso Pardo, miembro del Instituto de Recursos Naturales y Ordenación del Territorio (Indurot) y autor del plan de control del jabalí urbano. Su animal preferido es el desmán ibérico.

- ¿Tiene ganas de jubilarse?

-Es un sentimiento agridulce. Este año ha sido muy duro. En el área de Zoología, llegamos a ser trece personas y ahora somos sólo cinco. Esto quiere decir que la docencia se ha multiplicado por tres y no hacemos otra cosa que dar clases. Si no fuera por eso, me encantaría seguir. He solicitado de hecho una nueva categoría que permite colaborar en la docencia durante otros dos años. Pero la verdad es que estoy cansado.

- ¿Cuántos años lleva en la Universidad de Oviedo?

-El 1 de octubre cumplo 38, que ya son...

- ¿Qué echará de menos?

-Probablemente las clases, porque disfruto mucho dándolas. Pero tengo muchas cosas pendientes por falta de tiempo. Quiero hacer un libro sobre el cebro y un atlas de mamíferos. También me gustaría escribir un libro de música (es integrante del Coro de Adultos de la Escuela Municipal de Música de Oviedo).

- ¿Qué personas marcaron su trayectoria profesional?

-Cuando empecé, me hice socio de la Asociación de Amigos de la Naturaleza (ANA). Aprendí mucho de la gente que estaba allí: Miguel Ángel García Dori, José Manuel Nebot, Paco Mori, Quique Jarero... Luego, en la Facultad, me marcaron Emilio Anadón, el catedrático de Zoología, y Florentino Braña, que es compañero mío. De mi curso estaban también gente como Juan Carlos del Campo, Viti Vázquez, Miguel Menéndez de la Oz, Aurelio Antuña... Aunque con el que más salí de campo fue Ricardo González. Él tenía coche y a veces, cuando terminábamos las clases, íbamos al Sueve o a Somiedo. Poníamos trampas, veíamos pájaros, cogíamos lagartijas...

- ¿Con qué animal se queda?

-Para mí la joya de la corona es el desmán ibérico. Es una especie de topo, que sólo vive en los sistemas montañosos de la península Ibérica, incluyendo la parte francesa de los Pirineos. Junto a Ana Isabel Quiroz, en Portugal, y Alain Bertrand, en Francia, hice en la década de los noventa un estudio sobre su situación. Y aunque hubo más investigaciones después, siempre me tuvieron a mí como referente. Es un animal discreto, nada bonito... En el Indurot la llaman la rata infecta sólo para fastidiarme. Pero a mí me quedaron grabadas las palabras que un día pronunció David Attenborough, productor de la BBC. Fue a Somiedo a rodar un vídeo sobre el desmán y entonces el alcalde de entonces le preguntó: "¿Pero bueno, no le interesa más el oso?". Y él contestó: "No, osos pardos hay en muchas partes del mundo, pero desmanes solamente lo hay aquí". Ahora prácticamente está desaparecido, debido a una mala gestión del agua. Sólo quedan ejemplares en dos o tres cabeceras de los ríos que van a dar al Duero y al Tajo.

- ¿En estos años cambió mucho la Universidad?

-Sí, mucho. Cuando yo saqué la plaza, éramos siete u ocho chavales los que aspirábamos a dos puestos en Ecología y Zoología. Ahora, ofertan dos plazas y hay 24 candidatos de toda España e incluso de fuera (un italiano). Y todos con unos currículum extraordinarios, que se tienen que matar entre ellos por un sueldo de 1.400 euros. Van a estar subpagados, me parece indecente. Estamos formando gente extraordinaria, con éxito en los países más punteros, pero que no pueden volver y enriquecer de conocimiento su país. Nuestro país vive una explosión de científicos y de conocimiento. La pena es que siempre llega la guadaña... Pero si en algo ha mejorado la Universidad en los últimos años es en profesionalidad. Los estudiantes salen de la Facultad mucho mejor formados que antes.

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