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JAVIER SANGRO DE LINIERS | Embajador de España en la República Oriental del Uruguay

"España hace un papel de puente real entre la UE y América, por ejemplo, en Mercosur"

"Después de dar muchas vueltas por el mundo, por primera vez tengo la suerte - de poder servir al otro lado del charco"

Javier Sangro, en la Embajada de España en Montevideo. LNE

Javier Sangro de Liniers (Pau, 1950), es el nuevo embajador de España en Uruguay. Desde julio de 2015 era director general de Relaciones Económicas Internacionales y antes desempeñó misiones por medio mundo como embajador en Jordania, Gabón, Guinea Ecuatorial y Santo Tomé y Príncipe. También ha estado destinado en las representaciones españolas en Arabia Saudí, Bélgica, Alianza Atlántica, Argelia, Reino Unido y Marruecos.

- Inicia una nueva etapa como embajador en Uruguay. ¿Cuáles son sus objetivos?

-Quiero conocer bien el país, realizar los primeros contactos y hablar con el mayor número de personas que puedan aportarme información de utilidad para el mejor desempeño de mi misión. Estoy seguro, conociendo el carácter uruguayo, de que voy a hacer buenos amigos. De hecho ya los estoy haciendo. Me gustaría también visitar el interior del país. Mi intención es continuar la labor realizada por mis antecesores, aportando mi modesta contribución al reforzamiento de unas relaciones que ya son magníficas, pero siempre susceptibles de mejorar y consolidarse.

- Tras haber estado en importantes embajadas como la de Jordania, aterriza en Sudamérica por primera vez. ¿Está contento?

-Estoy encantado. Después de dar muchas vueltas por el mundo, por primera vez tengo la suerte de poder servir en Iberoamérica. Había viajado a esta región en bastantes ocasiones, pero nunca había llegado a trabajar en ella de forma estable. Estoy comprobando, en los dos meses que llevo en Montevideo, el valor añadido que supone poder comunicarnos en nuestro propio idioma, compartir tantos principios y valores y saberse parte de una misma y antigua cultura. La vida en Montevideo es muy agradable. La ciudad a escala humana, mira al Río de la Plata, en su ancha desembocadura, que es como mirar al mar. La oferta cultural es enorme, con cerca de cuarenta obras de teatro representándose simultáneamente, en una ciudad de apenas 1,3 millones de habitantes. Es extraordinario.

- ¿En qué términos se encuentran las relaciones entre Uruguay y España?

-Pueden considerarse excelentes, sin contencioso alguno digno de reseñar. A ello contribuyen varios factores, entre otros la manera en que España está presente en Uruguay a través de la gran colectividad española establecida en el país. Muchos uruguayos descienden de españoles que en su día emigraron y aquí se quedaron. Uruguay es el país del mundo donde mayor número de españoles residen, más de 70.000, en proporción a su población total. De ellos los segundos en número, detrás de los gallegos, son los asturianos.

- Parece el sueño de cualquier diplomático...

-Las buenas relaciones son reales y se han puesto de manifiesto últimamente con ocasión de la visita del presidente Tabaré Vázquez a España en noviembre de 2016 y del presidente Rajoy a Uruguay a finales de abril de este año, que fue muy importante. España es estos momentos el único país de la Unión Europea con conexiones aéreas directas con Uruguay. En Montevideo tenemos un centro cultural muy activo, instalado en un edificio bellísimo, catalogado como patrimonio histórico, en el casco antiguo.

- ¿Cómo se materializan esas relaciones económicas?

-España es el segundo inversor en Uruguay tras Argentina, el primero en el sector servicios. La inversión acumulada entre 1993 y 2016 suma 3.100 millones de euros. El volumen bilateral de intercambios asciende aproximadamente a 409 millones de euros. El año pasado exportamos por valor de 318 millones e importamos unos 92 millones. Están establecidas en Uruguay unas 110 empresas españolas, que dominan sectores como la banca, seguros, construcción y energía y que emplean a unas 25.000 personas de forma directa o indirecta. Pero en la vida todo se puede mejorar y por mi parte no dejaré de intentarlo.

- Muchos ven semejanzas entre Uruguay y Asturias. ¿Es una comparación acertada?

-Esa comparación tiene sentido. A mí Montevideo me recuerda en cierta manera a Gijón. El paseo de la playa de San Lorenzo, con sus altos edificios mirando al mar, podría parecerse a la Rambla, fantástica y enorme avenida de 22 kilómetros al borde del Río de la Plata. El clima es parecido, húmedo, encapotado buena parte del año, ventoso. Por eso Uruguay y Asturias son tan verdes, aunque Uruguay es más suave y ondulado que nuestra región, que es más abrupta.

- La ganadería también tiene un alto peso, como en el Principado.

-Efectivamente, Uruguay es uno de los mayores exportadores de carne del mundo. Tiene 3,4 millones de habitantes y cuenta con 12 millones de reses, casi cuatro por persona, y cerca de 7 millones de ovinos. También es muy importante en el sector agropecuario, con exportaciones de soja y celulosa.

- Mercosur, del que Uruguay forma parte, se inspira en la Unión Europea ¿Qué puede aportar España al proceso?

-España sigue muy de cerca las negociaciones entre Mercosur y la Unión Europea con vistas a alcanzar un acuerdo de asociación. Uruguay ha apostado siempre por el fortalecimiento de Mercosur y por eso le interesa la negociación de acuerdos con terceros países o bloques como la UE. España ha mostrado en todo momento su interés por el acercamiento a Europa de este grupo de países iberoamericanos afines en valores y principios y ha hecho siempre esfuerzos por acelerar las negociaciones, que esperemos lleguen a buen puerto lo antes posible. Puede considerarse que España hace un papel de puente real entre la UE y América.

- ¿Ha cambiado mucho el papel de un embajador en este mundo dominado por la tecnología?

-Han cambiado los métodos y los medios. Un embajador sigue representando como siempre a un Estado ante otro. Pero parece increíble lo que ha variado la forma en que se desarrolla esta labor desde que yo ingresé en la carrera diplomática en 1979.

- Entonces no había internet...

-Antes de mandar un breve telegrama cifrado podías tardar un día en prepararlo. Ahora se hace en unos segundos. El avance de las tecnologías de la información plantea nuevos retos. Ya no basta con enviar información sobre lo que pasa en el país donde estás acreditado. De eso se encargan con mayor celeridad los medios de comunicación. Ahora hay que hacer buenos análisis, con información contrastada para ayudar al Gobierno a través del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación a adoptar decisiones.

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