Cocina creativa maridada con el mejor paisaje. Esta es la principal, exitosa y acertada propuesta del restaurante El Cenador de Los Canónigos, que abrió sus puertas en 2001 en Cangas de Onís. Un establecimiento acogedor, agradable y relajado con una excelente relación calidad- precio e impecable servicio que, además, está situado en el interior del Hotel La Cepada, en un entorno idílico con vistas al valle del rio Sella y a los Picos de Europa. Referente en la organización de eventos y celebraciones, destaca de su cocina la cuidada selección de ingredientes que no sólo permiten hacer cada plato único, sino también disfrutar de recetas aptas para todas las edades. Sin duda alguna, se trata de un auténtico mirador con las mejores vistas a la gastronomía del Principado que puede presumir de servir la segunda mejor fabada del mundo, así como los mejores productos asturianos con denominación de origen. Y todo ello, acompañado de una bodega de excepción y unas atenciones exquisitas. Al frente del establecimiento está José Manuel Martínez, una persona enormemente positiva y enamorado de una profesión que ha convertido en su modo de vida.

- En 2001 abrieron sus puertas, y pueden presumir de que el éxito les ha acompañado casi desde el principio. ¿Cuál es su receta?

- La receta es muy sencilla: trabajar duro cada jornada y no perder nunca la ilusión por mejorar y aprender todos los días. Es decir, nadie regala nada, ni creo en la suerte, ya que, en mi opinión, la suerte es algo que se busca.

- ¿La cocina de calidad reside en el producto?

- Creo que sí, aunque otra parte muy importante es la formación y el conocimiento a la hora de tratar el producto, y en este punto considero que la formación es indispensable. Muchas veces te ponen un buen producto y por desconocimiento para su elaboración se estropea, por lo que ambos aspectos son fundamentales

- Definen su cocina como creativa...

- Nuestra cocina se fundamenta en la exhaustiva selección de producto, un producto local, a ser posible, y con denominación de origen.

- Aunque cuidan con mimo a todos sus clientes, parece que con los niños incrementan sus atenciones...

- Son mi debilidad personal, me encantan los niños y procuramos que se encuentren a gusto en nuestro restaurante, ya que serán nuestros clientes del futuro. Enfocamos varias propuestas a ellos, les enseñamos el recinto, etc.

- En una época donde la innovación invade todos los ámbitos, ¿en la cocina sigue primando la tradición?

- Cierto, pero tradición actualizada. Por ejemplo, en los tiempos en los que vivimos actualmente se opta por productos con menos grasas, más vegetales y sobre todo cocina, cocina, es decir, que no todo vale. En muchos casos se está sirviendo mucha comida ya preparada en restaurantes y lo que los clientes quieren es salir a disfrutar y a obtener sensaciones que no puedan tener en sus propias casas.

- Su fabada ha sido finalista del Campeonato del Mundo en 2015, 2016, 2017. ¿A la cuarta va la vencida?

- Esto nunca se sabe. Lo primero será volver a estar en la final del 2018 y después, hacerlos lo mejor posible. Está muy difícil, ya que el resto de compañeros lo hacen genial. Es evidente que cada día los restaurante ofrecen una fabada excepcional y de mayor calidad, y en este sentido creo que la aparición de este concurso ha sido fabuloso para nuestro producto insignia, tanto para los productores como para el consumidor final Mi más sincera felicitación al equipo de Gustatio, encargado de su organización.

- En la celebración de bodas y eventos no tienen competencia...

- No tenemos competencia, tenemos compañeros que también lo hacen genial. Cada uno tiene sus características. En nuestro caso, intentamos hacerlo cada día mejor y que la gente este súper feliz.

- De cara al verano han lanzado una nueva carta y diferentes menús. Hable de ellos.

- Nuestro eslogan es claro: "producto de máxima calidad, frescura y cocinar todos los días". Aunque parece una cosa fácil, no lo es tanto. Nuestra cocina se caracteriza por ser sencilla y natural, pero no debemos olvidar que, actualmente, todo va cambiando día a día, no hay carta de estaciones como solía ocurrir. Esto implica que un día pude haber en el mercado unos boquerones espectaculares y al día siguiente no conseguirlos, pero aún así, intentamos satisfacer siempre a la clientela y ofrecerle platos nuevos con lo mejor de cada momento. También me gustaría resaltar la labor y calidad humana del equipo que trabaja aquí, porque sin ellos nada sería posible. Yo marco la línea, pero sin ellos no podríamos ofrecer las mismas atenciones a nuestros clientes cada día.

- Y se han lanzado al mundo de los helados...

- Acabamos de hacer realidad uno de nuestros grandes sueños y proyectos. Se trata de "CREMELA, el sabor del paraíso", nuestra marca de helados artesanos, los cuales distribuimos a los mejores restauradores de nuestro paraíso natural.

Qué ver en Cangas de Onís

Foto cedida por la Sociedad Pública de Gestión y Promoción Turística y Cultural del Principado de Asturias / Albornoz y Asociados

Capital de la comarca de Picos de Europa, Cangas de Onís es uno de los puntos neurálgicos de la geografía asturiana. Su capital, del mismo nombre, se encuentra enclavada en un fértil valle que conforman los ríos Sella y Güeña y, por su ubicación, historia y paisaje, es uno de los destinos turísticos por excelencia no sólo de la región, sino de toda la Cordillera Cantábrica. Cuna de la Reconquista y primera ciudad y corte de la monarquía asturiana, la primera de la Península Ibérica, tiene en el mítico Puente Romano, con su Cruz de la Victoria colgante, a su principal símbolo, además de ser uno de los monumentos más fotografiados de Asturias. Fue levantado durante el reinado de Alfonso XI de Castilla y León, y está catalogado como monumento histórico- artístico, lo mismo que la Basílica de Santa Cruz, la cual se cree que fue edificada durante el año 733. Junto a estos rincones de gran interés tampoco hay que olvidarse de visitar en Cangas de Onís el Palacio de Cortés, datado en el siglo XVIII. Se trata de una edificación de tres plantas en la que sobresalen especialmente rincones tales como la escalera, el zaguán o su alero del tejado. Se trata, pues, de una hermosa zona que ofrece al visitante todo lo que puede necesitar para unas inolvidables jornadas, ya que dispone de todos y cada uno de los servicios de una gran capital, con innumerables restaurantes y sidrerías para disfrutar de lo mejor de la gastronomía asturiana, caso de El Cenador de Los Canónigos, y una oferta hotelera sin igual, además de interesantes tiendas gastronómicas y un mercado dominical donde se adquieren los productos más sabrosos de la huerta y los mejores quesos de Picos de Europa. No se debe olvidar que Cangas de Onís vio nacer este Parque Nacional de los Picos de Europa (antiguamente el Parque Nacional de la Montaña de Covadonga), y en su seno acoge el Real Sitio de Covadonga, el punto más visitado de la región, inicio de la reconquista y lugar de culto para todos los asturianos y también visitantes de otras comunidades y países, que en miles se acercan a venerar a La Santina.

Un maravilloso entorno natural, con pueblos que aún conservan su encanto, y otros parajes de extraordinaria belleza como los Lagos Enol y Ercina, con su paisaje de cumbres y majadas, y con el aspecto casi "lunar" de las antiguas minas de hierro de Buferrera; o la espectacular visión de la Vega de Comella, testigo de la riqueza geológica de esta zona. Una tierra de paso hacia la meseta, de pastoreo y ganado, de quesos, de montañeros y escaladores, de pescadores de salmón, de ribereños, de culto a ríos como el Sella, el Güeña o el Dobra.

Más información en:

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www.canonigos.com