El escaño que deja vacío Antonio Trevín corresponde a la número tres en la lista socialista por Asturias, la gijonesa Natalia González Peláez, abogada y en la actualidad responsable del centro asesor de la mujer de Laviana, que ha manifestado su intención de tomarse unos días para decidir si acepta el puesto.

Una hipotética renuncia pondría tal vez en un compromiso al número cuatro de la candidatura, Adrián Barbón, ahora candidato a secretario general de la FSA y alcalde de Laviana. Si González desiste, se abriría la cuestión sobre la compatibilidad entre el liderazgo del partido en Asturias y el asiento de diputado en el Congreso. Sería volver a una situación que se dio entre 1988 y 2000, cuando el fallecido Luis Martínez Noval fue al mismo tiempo diputado y secretario general de los socialistas asturianos.

Los afines a Barbón dan por hecho que Natalia González aceptará el escaño y no dará pie al dilema del candidato, que podría compaginar ambos cargos. La teoría de "un militante, un cargo, un sueldo", defendida por Pedro Sánchez durante su carrera hacia la secretaría general del PSOE, supone que una misma persona sólo puede ostentar como máximo un cargo orgánico o uno institucional, de suerte que el ahora aspirante podría ser secretario general y diputado siempre que renuncie a la alcaldía de Laviana. Esa hipótesis devolvería a Barbón al Congreso, toda vez que el regidor lavianés ya ejerció como diputado de manera efímera, durante apenas un mes, en la recta final de la legislatura que expiró en 2015 y en sustitución de María Luisa Carcedo.