La patronal asturiana de turismo, OTEA, ha advertido del riesgo que supone la bautizada como "turismofobia", refiriéndose a las pintadas que han aparecido en algunas zonas de la región, fundamentalmente en Oviedo. Los empresarios reclaman a los ayuntamientos y autoridades que "actúen rápido y con contundencia" para defender un sector económico del que viven 35.000 familias en la región.
En estas últimas semanas han aparecido pintadas con la leyenda "tourist go home" en uno de los muros de la iglesia San Isidoro el Real, del siglo XVII, y posteriormente en la plaza del Paraguas, en el corazón del Oviedo antiguo, donde se podía leer el grafiti "hipsters y turismo nueva forma de terrorismo". En Asturias el problema no parece que haya ido a mayores, al menos de momento. Pero la patronal advierte de que es necesario poner límites para no llegar a los extremos que se están empezando a dar en otras comunidades autónomas.
"La turismofobia en Asturias no tiene sentido, pero se puede convertir en un verdadero problema y hay que perseguirlo hasta la saciedad. Y lo tienen que hacer las autoridades competentes y los ayuntamientos. En Asturias se está jugando con el trabajo de 35.000 familias, que tienen su sustento en un sector que se está recuperando y es motor económico de la región", explicó José Luis Álvarez Almeida, el presidente de OTEA, la patronal que aglutina al sector.
Los empresarios aseguran que este tipo de movimientos "no son chiquilladas, tienen consecuencias. Y aún no hemos visto a ningún alcalde, concejal o director patrimonial salir a defender el patrimonio, la cultura y el turismo. Los que hacen las pintadas, mejor se ponían a estudiar y a trabajar, y quienes tienen competencias, deberían ejercerlas", indicó Almeida.
