"Afortunadamente, esta vez no me ha tocado vivir el atentado tan de cerca, pero desde mi despacho en Sants -un barrio situado a unos cuarenta minutos a pie del lugar del atentado- llevan toda la tarde oyéndose sobrevolar los helicópteros", cuenta el asturiano, gestor cultural, natural de Infiesto y afincado en Barcelona, Nacho Somovilla.

Somovilla se encontraba pasando unos días de vacaciones en Londres, el pasado junio, cuando se produjo el atropello masivo en Borough Market y en el London Bridge, en el que perdió la vida el español de raíces asturianas Ignacio Echeverría junto a otras siete personas de distintas nacionalidades.

Por aquel entonces, el asturiano se encontraba en Londres de visita junto a una amiga inglesa. "Estábamos en Southbridge, justamente esperando un autobús para ir hacia la zona del atentado", recuerda al ser preguntado por este periódico. "Sentí el pánico en la calle, veías a mucha gente haciendo corrillos desconcertada, a otros rezando... Y para volver a casa resultó complicado".

En esta ocasión, Somovilla, que en el momento del suceso se encontraba trabajando en su oficina de gestión cultural y viajes en el mundo del jardín, no tendrá problema para volver a casa. "Por fortuna, vivo muy cerca de donde me encuentro, pero sí siento preocupación: el ataque de hoy es un eslabón más de una cadena de atentados que nunca sabes dónde ocurrirán: si en el extranjero, si en Madrid... Desgraciadamente, hoy ha tocado en Barcelona".

En un intento por hacer una "lectura positiva, a pesar de la barbarie", a Somovilla, que vivió en primera persona los últimos atentados de Londres, sólo le queda apelar a "la solidaridad y la unión entre personas que despiertan este tipo de sucesos".