"Se hace una demagogia tremenda con el asunto de las tasas académicas". Juan Sebastián López-Arranz introduce el asunto de la financiación con una tesis sobre las tasas que va a ganar adeptos, con sus matices, en la mesa del debate. "Es un error rebajar el precio de las matrículas", abunda Juan Vázquez. "Lo equitativo es dotar mejor el sistema de becas, que son el factor fundamental de equidad". "Con tasas bajas o gratuitas", apunta, "se trata igual a los que son diferentes; el sistema de becas, en cambio, permite la equidad de tratar de forma distinta a los que son distintos". Para que se entienda mejor por qué sostiene que "no existe problema en pagar mil euros de matrícula" se explicará con un paralelismo numérico: "Es lo que gasta un joven español en teléfono móvil".
Y una vez ha quedado dicho que el mecanismo de equilibrio en el acceso a la Universidad son las becas más que las tasas, Zulima Fernández reclamará además el retorno de las becas salario, ayudas para compensar la dedicación al estudio de alumnos con cargas familiares, asideros para hogares que de otro modo no podrían prescindir del sueldo del hijo. "Si una familia necesita que el hijo trabaje", ejemplifica, "o vive en los Oscos y le cuesta demasiado tenerlo estudiando en Oviedo, no basta con que le bequen".
La barrera que corta el paso a la Universidad, abunda Vázquez, no la ponen los mil euros de la matrícula, "sino la necesidad de sufragar la residencia, el desplazamiento o el coste de oportunidad de dejar sin parte de sus ingresos una familia de recursos básicos. Ahí están las claves de la equidad, no en las tasas", remata.
Manuel Villa Cellino añade que "daría libertad a las universidades para que cobraran las tasas que necesitaran" y formula una propuesta, que Santiago García Granda cree de materialización "compleja", para "diferenciar las matrículas en función de los niveles de renta".
