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Los rectores animan a la Universidad a vencer el "pudor" y buscar fondos privados

Los docentes sospechan que la financiación pública no llegará a cubrir todas las necesidades y ven una salida en la aproximación a la empresa

Por la izquierda, Salvador Ordóñez, Manuel Villa Cellino, Zulima Fernández, Santiago García Granda, Rafael Puyol, Juan Vázquez y Juan Sebastián López-Arranz pasean junto a la playa de Santa Marina de Ribadesella. IRMA COLLÍN

En los tiempos de Alberto Marcos Vallaure, allá por los años ochenta del siglo pasado, la respuesta era sencilla cuando la pregunta era por qué se había escogido un geólogo como rector de la Universidad de Oviedo. "Porque hay que sacar dinero hasta de debajo de las piedras". La broma la ha recordado Juan Vázquez, exrector de la misma institución, para ilustrar la eterna veteranía del debate sobre la infrafinanciación de la Universidad española. Siete asturianos, que fueron o son rectores o vicerrectores, que además han observado la realidad desde la Conferencia de Rectores (CRUE) o la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y para la Acreditación (ANECA), han aceptado la invitación a la reflexión sobre el presente y el futuro de la educación superior en España. No sólo sobre el dinero, pero de eso también.

La tertulia universitaria que cada verano promueve LA NUEVA ESPAÑA, en el sosiego del paseo que mira a la playa de Santa Marina, en Ribadesella, irá y volverá de las finanzas a la gobernanza, de las relaciones con la empresa a la oferta de titulaciones y del reto de la internacionalización a casi todas partes. Pero como nada es posible sin recursos, el debate dará varias vueltas por el resbaladizo territorio de los euros. A la mesa del debate, el exrector de la Universidad Complutense de Madrid Rafael Puyol, los exrectores de la Universidad de Oviedo Juan Vázquez y Juan Sebastián López-Arranz; el presidente del consejo rector de la Universidad Nebrija, Manuel Villa Cellino; el exrector de las universidades de Alicante y Menéndez Pelayo de Santander Salvador Ordóñez; Zulima Fernández, exdirectora de la ANECA y exvicerrectora de la Universidad Carlos III, y el rector de la Universidad de Oviedo, Santiago García Granda.

Puyol detecta en la Universidad un anómalo temor ancestral, "un cierto pudor, que hay que eliminar a toda costa, ante la obtención de financiación por vías privadas". Su convicción de que "los fondos públicos no van a llegar nunca a cubrir las necesidades de docencia e investigación" le lleva a empujar a la institución a saltar por encima de sus reticencias históricas a aproximarse a la empresa. Se trataría de reconducir "esa cultura en la que aún parece que la institución se prostituye" si se acerca a lo privado y que también ha visto Juan López-Arranz. A su juicio, las fronteras entre esos dos espacios demasiado separados han de hacerse más "permeables". Urge implantar en el colectivo la conciencia de que los intereses de la Universidad y la empresa han de ser por fuerza "coincidentes".

Puyol ilustrará su tesis sobre la reticencia recordando el grito -"fuera banqueros de la Universidad"- que recibió en la Complutense a Emilio Botín cuando presentaba un programa de becas del Banco de Santander para la Facultad de Medicina. También Juan Vázquez se acuerda de un alumno que "siempre me preguntaba si no me daba vergüenza sentarme con Botín".

El debate ha llegado hasta aquí desde una constatación común de partida. La Universidad está "mal financiada". Salvador Ordóñez, que pronto invitará a "tomarse muy en serio", mucho más, los fondos para investigación, reclama además el retorno "a un modelo de financiación basado en el PIB regional y en función del número de alumnos", y confluye sobre todo con el actual rector de Oviedo en su sentencia sobre la infrafinanciación. García Granda, pertinaz en su crítica al tratamiento financiero que la institución académica recibe del Principado, reincide en la necesidad de recursos asegurando que incluso para acelerar la captación de fondos privados hace falta más financiación pública.

"Ese esfuerzo", avanza, "no se puede hacer con los recursos que tenemos ahora mismo". No es tan fácil como levantar el teléfono. "Cualquier plan de captación de fondos necesita una dotación económica, alguien que prepare los proyectos, unos planes y unos fondos para dedicárselos. A la empresa hay que acercarse con proyectos que le interesen, y para eso hacen falta equipos", algo que con la situación actual de sus cuentas cuesta. Con lo que hay, eso sí, se hace lo que se puede. En un año, "casi hemos triplicado las cátedras de empresa y captado el doble de fondos. Pero aún no es suficiente".

Aquel pudor, tal y como lo contempla Juan Vázquez, podría consistir también en una cierta vergüenza endémica a "pedir". "En Asturias somos malos cobradores", afirma para decir que habría que "rentabilizar más todos los servicios que presta la Universidad y que a veces damos gratis. No digo que se cobre por los servicios públicos, colectivos o sociales que presta la institución, pero hay otros de asesoramiento a empresas o instituciones por las que cobramos poco, o directamente nada".

En la mesa del debate, donde todo ha empezado por el recetario para la superación de la escasez de fondos, la gijonesa Zulima Fernández enarbola la oposición generalizada a la discusión "demagógica" sobre la rebaja de las tasas y la defensa del valor equilibrador de las becas desde una perspectiva que sostiene que "lo verdaderamente injusto sería que no hubiera tasas, porque entonces los pobres estarían financiando a los ricos". Manuel Villa Cellino añade la necesidad de instar al Ministerio a afrontar "la financiación de la Universidad con una perspectiva nacional. Y en ese contexto, a mí no me sonaría mal que asegurase por ejemplo un cincuenta por ciento del presupuesto".

Es su versión sobre la urgencia de romper las acusadas diferencias de financiación entre comunidades autónomas. Y ya que al fondo asoman el Gobierno y la política, los rectores también denostarán, esta vez con la voz de Rafael Puyol, que el pacto educativo que con tanta entrega invocan los partidos yerre incluso antes de nacer ignorando a la Universidad. "Las universidades deberíamos insistir más ante el ministerio para que no se nos olvide en un pacto educativo que se está debatiendo".

El resumen de este examen colectivo a la Universidad establece una relación de peticiones a la autoridad competente que podría partir de más dinero, público y privado, pero también otros mecanismos de distribución de ese dinero y el uso de las becas más que el de las tasas como herramientas para asegurar la igualdad de oportunidades, además del arbitrio de mejores mecanismos de compensación interterritorial .

El encuentro se celebró como de costumbre en Ribadesella para cultivar el recuerdo su promotor, Gregorio Peces Barba, exrector de la Carlos III además de ponente de la Constitución, expresidente del Congreso y enamorado de la villa en la que descansaba.

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