Un fuerte granizada sorprendió esta tarde a los automovilistas que circulaban por la autopista del Huerna. La vía mostraba una imagen típicamente invernal, con un fino manto blanco sobre la calzada. En Oviedo y otros puntos de la región también han sufrido con intensidad los efectos de un diluvio que llevó a la capital del Principado a ocupar el séptimo lugar del país con precipitación en esta jornada, con el entronque de la calle Uría con Toreno intransitable, convertido en una piscina.

La alerta lanzada el día anterior por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), advirtiendo que se repetirían los episodios de fuertes lluvias y granizo del sábado se cumplió. A última hora de la tarde, tras un bochorno que a muchos hizo prever que el fin de semana acabaría con intensas precipitaciones, el cielo se abrió y cayó una tromba de agua que no cesaría durante, al menos, tres horas.

Todo ello en un contexto donde el campo asturiano ya había sufrido las consecuencias de la intensa granizada que en la jornada del sábado asoló varios concejos del Suroccidente y centro del Principado. Los viticultores cangueses hacen balance de la tormenta que afectó a sus cultivos, si bien todas las bodegas del municipio respiran aliviadas al haber salvado la mayor parte de las vides. Muchas emplearon sus perfiles en redes sociales para tranquilizar a clientes y distribuidores ante la proximidad de la recolección vitícola.

La Agencia Estatal de Meteorología atribuye este fenómenos a la proximidad de una DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), al oeste de Galicia, que se desplaza hacia el sur, con un núcleo de aire frío en su interior, lo que unido a las temperaturas relativamente altas en superficie, supone condiciones propicias para la inestabilidad térmica y dinámica de la atmosfera y la formación de tormentas. Si se consulta la predicción oficial y los avisos se confirma que mañana también se pueden producir tormentas localmente fuertes y con granizo en el Principado.

El fenómeno meteorológico también se cebó con el concejo de Ibias, donde gran parte de sus bodegueros hablan de "pérdidas irreparables" y "cosecha perdida", que aseguran, se suma a una campaña ya tocada por las heladas invernales.

Aunque muchos de los cultivos ibienses son para consumo propio, varias decenas de hectáreas damnificadas estarían destinadas a su envasado y comercialización.

Escena semejante se vivió el sánado en Grado, pero en este caso con las fincas de arándanos. Un propietario de una plantación en el pueblo de Fresno, Ulises Lafuente, estima en un 60% la fruta perdida. El agricultor dice que la granizada "ha hecho mucho daño, pues del 40% restante apenas espera recuperar la mitad". Lafuente ya se ha puesto en contacto con la aseguradora para resarcir las pérdidas: "Es el fin de la temporada", sentencia.