El verano del turismo asturiano cerró los dos meses de la temporada alta con ocupaciones similares a las del pasado, del 77 por ciento de media en julio y del 89 en agosto que configuran una leve mejoría si se tiene en cuenta el incremento de la oferta -este año hay 751 plazas más que el pasado-. La parte fuerte de la estación ha pasado, eso sí, sin cumplir las elevadísimas expectativas de los empresarios, justificadas por el buen resultado del comienzo del año. Pero el tiempo adverso puso sus propias condiciones y obligó a rebajar las expectativas.

En la línea de los buenos datos atenuados por otras realidades, los precios han subido, un 3,73 por ciento de media según los datos anunciados esta mañana por la Mesa de Turismo de FADE, pero muy por debajo tanto del promedio nacional -del 6,90 por ciento- como del de la España Verde, que rozó el cinco por ciento en julio. También progresa la rentabilidad, acepta el coordinador de la Mesa de Turismo y presidente de la patronal hostelera, José Luis Álvarez Almeida, pero también por debajo de las medias. En la realidad del turismo asturiano, precisa Almeida, “la vivienda vacacional sigue jugando un papel muy importante”. Se sigue quejando el sector de la enorme cantidad de pisos que se alquilan aún al margen del decreto autonómico que los regula desde hace un año y aunque no tiene datos exactos, da dos: “A nivel nacional, el 28 por ciento de los setenta millones de turistas extranjeros que entraron en España en 2016 no se alojó en ninguna plaza hotelera o turística oficial” y más cerca, en Llanes, la asociación turística local ha calculado que tienen “15.000 plazas legales y otras 15.000 todavía por legalizar”. En este punto, Almeida ha instado al Gobierno a publicitar más las sanciones a las que se expone quien alquile una vivienda al margen de la legalidad. El Principado calcula en 640 las viviendas legalizadas en un año y 700 los anuncios inspeccionados, pero nada dice sobre las sanciones impuestas.

El subsector del turismo rural igualó aproximadamente el julio del año pasado, con entre un cincuenta y un sesenta por ciento de las plazas ocupadas, y rebajó ligeramente el resultado en agosto. El turismo activo y el de campings, particularmente dependientes del cielo, han sido levemente “más flojo” el primero y con una tendencia a la estabilización el segundo.

Lo que sí ha subido este verano, según los datos recopilados por el Sistema de Información Turística de Asturias (SITA), es el gasto medio por turista. Creció en un 7,94 por ciento y se situó en los 584,58 euros por persona y viaje, elevando en 7,94 la cifra de 2016. El estudio también refleja que Madrid, Andalucía y Castilla y León concentran el 40 por ciento de los turistas que visitan el Principado. A continuación están los propios asturianos, que aportan el 7,2, y en cuanto al turismo extranjero, entre los países de procedencia destacan Francia, que ha pasado de representar el 15,5 por ciento de las visitas foráneas al 28,7. Reino Unido (16,9%) y Alemania (11%).

La mayor parte de los turistas visitaron Asturias este verano por motivos de ocio (79,2%), si bien se duplicó el porcentaje de los que lo hicieron por trabajo y negocios (el 8,2% frente al 4,2% de 2016). Entre las razones por los que se elige el Principado, se mantiene, en primer lugar, el interés por conocer nuevos lugares (un 35,1% de los alojados en establecimientos colectivos) y, en segundo lugar, con un 14,8% y confirmando un alto nivel de fidelización entre el turista de Asturias, está la experiencia anterior.

La gastronomía y el trato son los aspectos mejor valorados, con una puntuación de 8,7 sobre 10. La conservación del medio natural y del patrimonio cultural se sitúa como tercer aspecto en valoración, con un 8,5. Preguntados por lo que más les ha gustado de Asturias, la tercera parte de los encuestados señala el paisaje y la naturaleza. Un 12,4% afirma que les ha gustado todo. La mayoría de los viajes se realizaron en pareja (44,3%) y los organizó el propio turista (89,4%) tras informarse por internet (73,3%). El medio de transporte más utilizado sigue siendo el vehículo particular (un 70,4% de los casos), seguido del avión, que pasa del 9,2% de 2016 al 13,2% del verano de 2017.