Los ataques "diarios" del lobo están obligando a los ganaderos de Onís a recoger antes de tiempo sus rebaños del monte. "No nos queda otro remedio si queremos que las vacas sobrevivan", dicen los pastores del concejo, que empezaron ya este mes a bajar los animales de la montaña. "Lo estamos haciendo antes de que finalice la temporada. Otros años esperábamos a que llegasen las primeras nieves, en octubre o noviembre", asegura Tito Rojo. "Esto no hay quien lo aguante; es desesperante", apunta por su parte Juan Sánchez.

Ambos son ganaderos y durante el verano suben parte de su cabaña a la montaña, en el parque nacional de los Picos de Europa. Sin embargo, estos meses han sido catastróficos a causa de la presión del lobo. "Cada día que subo, tengo menos animales", protesta Tito Rojo, que calcula que en lo que va de año perdió "unas cincuenta vacas". "Hay una superpoblación exagerada. Por eso, cuanto más tiempo dejemos el ganado arriba, más riesgo corremos de sufrir ataques", explica. El problema, dicen en Onís, es generalizado. De hecho, el ayuntamiento ha solicitado a la consejería de Medio Ambiente una solución urgente. El Principado autorizará en la zona batidas de lobos, en las que participarán cazadores en las próximas semanas.

Juan Sánchez está desesperado con el lobo: "Tengo 30 o 40 xatos por Moandi y ya no sé cuántas perdí". En Villoria (Laviana) tienen el mismo problema. Fernando Quirós afirma que los ataques se suceden "durante todo el año" y que "cada vez hay más". "Si no es de noche, es de día. Da igual que tengas perros que no. Este invierno me debieron comer unas 50 cabras", señala Quirós, con ganado en Peña Mea.