La crisis en el gobierno de Cantabria ocasionada tras la victoria de los sanchistas en el PSOE cántabro genera inquietud en medios próximos al Ejecutivo autonómico, que temen que una secretaría general en manos de Adrián Barbón conlleve exigencias de cambios en el gabinete de Javier Fernández, algo que el presidente asturiano no estaría dispuesto a tolerar. El ejecutivo cántabro, sustentado por el pacto entre el Partido Regionalista de Cantabria (PRC) de Miguel Ángel Revilla y los socialistas, sufrió la sacudida de la llegada de los sanchistas, que reclamaron renegociar el acuerdo de gobierno y la destitución del consejero de Educación, Ramón Ruiz. Mirándose en el vecino, dirigentes socialistas advirtieron a este periódico de las severas consecuencias que tendría en Asturias una maniobra así.
La nueva dirección socialista cántabra de Pablo Zuloaga, afín a Pedro Sánchez, no sólo reclamó la destitución del titular de la cartera de Educación y la de otros dos altos cargos, sino que se modificaran varias competencias de la vicepresidencia del Gobierno, que está en manos de los socialistas, cuyos dirigentes en el Gobierno se alinearon con Susana Díaz.
Pero en las filas de Adrián Barbón descartan que el escenario cántabro sea comparable al asturiano. "Adrián Barbón ha dejado claro en todo momento que si es secretario general del PSOE asturiano respaldará plenamente al gobierno de Javier Fernández, y es el presidente autonómico quien tiene la potestad para designar a los miembros de su Ejecutivo", indicaron fuentes próximas al candidato a liderar la FSA. Las mismas fuentes recalcaron que en el caso de Cantabria, "el acuerdo de gobierno se negoció con la dirección del PSOE y ese liderazgo en la parte socialista del Ejecutivo le corresponde al partido", nada que ver con Asturias, donde el PSOE mantiene plenamente el control de Ejecutivo autonómico y cuenta con un Presidente.
Los partidarios de Barbón consideran que "se ha tratado de malinterpretar algunas palabras" del candidato, como aquellas en las que aseguró que haría lo posible por mejorar la interlocución entre el gobierno y la oposición en los niveles de directores generales "sin que ello suponga que se vayan a hacer designaciones". "Barbón ahora sólo piensa en ganar las primarias el domingo; son otros los que parecen más preocupados por cosas que ni siquiera están en la mente del candidato, que ha mostrado en todo momento un respeto máximo al Ejecutivo".
Sin embargo, a medida que se acerca la fecha de votación de los socialistas asturianos para elegir nuevo líder (pasado mañana, domingo), crece la inquietud en algunos dirigentes del PSOE, que señalan las incógnitas que supondría una victoria de Barbón: en concreto, si llevará a cabo y de qué modo una integración con el resto de familias del PSOE, cuál será el tono de su Ejecutiva (si dará más peso a los sectores más exaltados y con ánimos de venganza de su candidatura) y de qué modo establecerá la relación con el Ejecutivo de Javier Fernández, el hasta ahora secretario general y expresidente de la gestora federal del PSOE, Javier Fernández.
El caso cántabro ha desatado una notable crisis entre los socialistas de la comunidad vecina. El destituido consejero de Educación fue portavoz de la campaña de Susana Díaz en Cantabria. La asturiana Adriana Lastra, vicesecretaria general del PSOE, llegó a reunirse el pasado 1 de septiembre con la hasta ahora secretaria general de la comunidad, Eva Díaz Tezanos, y el consejero destituido, para respaldar "la capacidad y competencia" de la nueva dirección regional del partido para ejecutar los cambios. El propio Alfredo Pérez Rubalcaba, militante en Cantabria, mostró su respaldo al consejero destituido: "Cuando el PSOE lleva sus discrepancias internas a los gobiernos está cometiendo un gravísimo error", publicó el exsecretario general del PSOE en las redes sociales.
