Asturias dejará atrás a las diez y dos minutos de la noche del viernes un verano lleno de contrastes meteorológicos y cambios bruscos de tiempo que estadísticamente fue en su conjunto el más cálido de los últimos diez años y el más lluvioso de los últimos seis. El balance divulgado esta mañana por el delegado en Asturias de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), Manuel Mora, pasó revista a la estación que termina antes de adelantar que en la generalmente "poco fiable" predicción estacional el otoño será en la región más cálido de lo que se considera normal y estará dentro de lo habitual en las precipitaciones, aunque octubre se prevé seco y noviembre y diciembre, húmedos.

No tiene la culpa tanto el comportamiento del tiempo en verano como en el último invierno, mientras tanto, de que el año hidrológico, que finaliza el próximo 1 de octubre, acumule unas precipitaciones que rebajan en un veinte por ciento los valores habituales.

El otoño, la etapa en la que Asturias suele acumular la tercera parte de las precipitaciones de todo el año, se adelanta crucial para que los registros de precipitaciones remonten después de un verano de lluvia "normal" en el que pese al calor que constatan las estadísticas globales -junio llegó a ser el más caluroso en Oviedo desde 1968 y el más seco desde 1981- tuvo el número de horas de sol ligeramente por debajo de lo normal y también fue el más tormentoso de los últimos ocho.