Javier Fernández ha abierto esta tarde el trigésimo segundo congreso de la Federación Socialista Asturiana cerrando sus diecisiete años al frente de la organización con un último discurso relleno de referencias al pasado que escondían veladas advertencias para el futuro. Lo que le pedía el cuerpo era entregarle su última intervención al repaso de su trayectoria, pero si tiene que dar un consejo, dijo también el presidente del Principado, "sería que aunque vayas muy sobrado por la vida, cuando navegas por los mares de la política tienes que saber que siempre hay un iceberg que está ahí, silencioso e invisible, esperándote en alguna parte". Se despide, dice, con "congoja, pero no con amargura" por lo vivido el último año, toda vez que sentir ahora el sabor amargo le haría "no ser leal con mis recuerdos". Sólo nombró a su predecesor en el cargo, el fallecido Luis Martínez Noval, para enviarle "mi cariño" para separarlo de su sucesor, Adrián Barbón, a quien quiso brindarle simplemente "mi respeto".

Sin decirlo expresamente justificó su proceder en la crisis interna de cuyo episodio más tormentoso se cumple el domingo un año, y lo hizo con frases que muy en el fondo escondían también avisos para los sucesores que están a punto de pasar de las palabras y la teoría al ejercicio real del liderazgo orgánico. "Muy rápido aprendí", afirmó Fernández al repasar los hitos de su pasado, "que en la política se elige entre lo preferible y lo detestable y que para hacer política los socialistas tenemos que empezar por la esperanza, pero sabiendo que ella es enemiga de utopismos y de certezas irrebatibles, de verdades sacras o de la magia como solución. He aprendido que la realidad se hace más resistente a medida que negocias con ella. Cuidado", remató, "con que las esperanzas de hoy no se conviertan en decepciones mañana".

En la jornada de apertura del congreso de los socialistas asturianos, que se abre y hoy y se cierra el domingo y que preside el alcalde de Oviedo, Wenceslao López, Javier Fernández habló precedido por el secretario de Organización del partido, José Luis Ábalos, que se metió a fondo en el problema que plantea el desafío secesionista catalán y el referéndum convocado para el domingo. Se afanó el dirigente por identificar claramente a los que percibe como "responsables" del conflicto, cargando duramente contra el PP y su "maldita operación electoralista" contra el estatuto catalán.

Alguien entendió entonces, ha afirmado Ábalos, que "hacer campaña contra la autonomía y las instituciones catalanas le iba a reportar muchos votos en otras partes de España" y el resultado es un estatuto "que no ha votado la gente" y, a su juicio, los polvos de los que vienen estos lodos. "Pese a ello", perseveró, "a convergencia tampoco le dolieron prendas en gobernar con el apoyo del PP. cada cual lo suyo", remarcó, para añadir que "quien ha contribuido a todo eso no puede liderar la solución", y menos una que interpreta "como un acto de chulería. Acepto el pulso y lo voy a ganar. Y cuando haya humillado, me planteo que les puedo dar. Esto no va a así", aseguró. "Nosotros tenemos otra convicción de la democracia, en la que no puede salir nadie humillado ni podemos alimentar estrategias frentistas". Ábalos también sacó al PSOE de la nomenclatura "de ningún bloque constitucionalista, porque un bloque es un frente", y fuera de Cataluña quiso reclamar atención para otros problemas territoriales y citar como ejemplo, justo en Asturias, que pelea para no salir perdiendo frente a otras autonomías en el proceso abierto de reforma de la financiación autonómica, que "mi comunidad, la Valenciana, tiene un problema de infrafinanciación".

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