"¿Te apetece hacerlo hoy?" Éste era, según la acusación particular, alguno de los mensajes que enviaba el padre juzgado por presuntos abusos a su hija discapacitada. La joven se ratificó ayer en la acusación contra su progenitor, y su abogado mantuvo la petición de 12 años de prisión, que la Fiscalía dejó en nueve. La defensa, por su parte, mantuvo "con firmeza" la inocencia de su representado y reclamó la libre absolución.

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Oviedo acogió ayer la segunda y última de las sesiones del juicio contra un padre, de nacionalidad portuguesa aunque residente en Lugones, acusado de abusar de su hija discapacitada desde que tenía 13 años y hasta que cumplió los 24. Tras la primera vista, en la que declararon el acusado, psicólogos designados por la autoridad judicial, y de la Unidad de Atención a Víctimas con Discapacidad, ayer compareció la joven.

Todas las comparecencias se realizaron a puerta cerrada, pero según los abogados de ambas partes, la joven se ratificó en sus declaraciones previas y mantuvo que su padre había abusado de ella durante años, aprovechando cuando se quedaban a solas.

El abogado de la Fundación Vinjoy como acusación particular, José Ovies, mantuvo en sus conclusiones que los expertos de la Unidad de Atención a Víctimas con Discapacidad habían certificado que la joven carece de capacidad para fabular o mentir; que se había demostrado que el padre había estado tres años al paro y que había tenido oportunidades para quedarse a solas con su hija. También explicó que le enviaba mensajes a su móvil como "¿te apetece hacerlo hoy?", aunque no se pudieron ver porque los borraba, y que el día que tenía que ir a declarar al Juzgado la había llamado y le había mandado mensajes preguntando qué había contado a una de las trabajadoras de la Fundación Vinjoy. Y cuando se acercaba la hora de declarar y no le contestaba le escribió: "Contéstame de una vez, hija puta".

El letrado de la defensa, Javier Szechenyi, por su parte, negó rotundamente las acusaciones, remarcando los testimonios contradictorios de los testigos; que la familia había reconocido la imposibilidad de que hubiera habido esos abusos y que el informe del forense también los negó.